500 personas se manifiestan contra el abandono del Parque del Sureste
Tres marchas ecologistas culminaron en el municipio de Rivas-Vaciamadrid
El municipio de Rivas-Vaciamadrid se convirtió a mediodía de ayer en el centro de una jornada reivindicativa para denunciar el abandono que padece el Parque Regional del Sureste. Unas 500 personas confluyeron en este municipio, procedentes de tres marchas que horas antes habían partido desde Arganda, San Martín de la Vega y el propio Rivas.
La protesta fue organizada por Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Asociación Ecologista El Soto, Jarama Vivo, Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, SEO / Birdlife y concejales y alcaldes del PSOE e IU en distintos municipios del sureste. Una gran pancarta cuelga desde ayer en el balcón del Ayuntamiento de Rivas, con la siguiente leyenda: "Parque Regional del Sureste: menos negocio y más protección".
La jornada sirvió, en palabras del Pedro Díez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Arganda, para dar inicio a una campaña de movilizaciones que tienen un objetivo "evitar que el sureste se convierta en el vertedero de Madrid". Los ecologistas ven como problema principal la construcción de las cinco centrales térmicas de ciclo combinado proyectadas en la zona, la ampliación de los laboratorios químicos que la fábrica de armas Santa Bárbara tiene en el complejo militar de La Marañosa (San Martín de la Vega) y el fuerte impacto de tráfico que supondrá para la autovía de Valencia (A-3) que los escombros de las obras de la M-30 se viertan en el sureste.
"La A-3 se convertirá en la cinta transportadora de todos los escombros de las obras y no soportará más tráfico pesado", explicó Díez. Entre otras medidas, los ecologistas proponen la aprobación de un plan extraordinario para la recuperación integral del parque, "con suficiente dotación económica y la adaptación urgente de los acotados de caza".
El Parque Regional del Sureste, protegido por ley desde 1994, discurre en torno a los tramos bajos de los ríos Jarama y Manzanares. La riqueza principal de este espacio se encuentra en sus cursos fluviales, que componen más de 100 lagunas. Precisamente esta semana se conocía la sanción que la Confederación Hidrográfica del Tajo imponía a la gravera Aripresa por verter lodos a una laguna protegida.
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