La asamblea de IU-Madrid aprueba con sólo un 52% de los votos el informe de gestión de la actual dirección
Bajo el lema Relanzar la izquierda necesaria comenzó ayer la séptima asamblea regional de IU, que culminará mañana con la elección de un nuevo coordinador general. Tras ser aprobado el informe de gestión de la actual dirección -que cosechó sólo un 52% de votos a favor-, representantes de las ocho familias de la formación continuaban anoche reunidas intentando encontrar una candidatura única para la elección del coordinador y de la mitad del consejo político regional, que integran 75 personas. El resto se elige en las asambleas de base. Las ocho corrientes tienen hasta las ocho de la tarde de hoy para llegar a un acuerdo y presentar una sola lista. Varios dirigentes consultados ayer no confíaban en alcanzar ese consenso.
La corriente mayoritaria, cercana al ex coordinador Ángel Pérez, ha manifestado su intención de que haya una única candidatura, siempre que esté encabezada por Fernando Marín, diputado regional de 64 años. Pese a que militantes independientes recogían ayer avales para presentar sus propias candidaturas, fuentes de la dirección de IU afirman que como mucho serán tres las listas que se presenten. Las otras dos estarán encabezadas por una persona cercana a la corriente de Fausto Fernández, coordinador general saliente (aunque no por él) y por la ex concejal Virginia Díaz, apoyada por un sector del Partido Comunista.
Pérez, que acude a esta asamblea "como un militante más", señaló su deseo de que la séptima asamblea "sirva para la reconstrucción política y organizativa de IU y para dar una alternativa a las políticas conservadoras del PP desde la diferenciación clara con el PSOE, porque IU es una izquierda independiente y diferente, que tiene un programa propio y su propia personalidad dentro de la izquierda". Las candidaturas deben obtener un 10% de avales de los 720 delegados.
Lo que sí fue aprobado ayer, aunque por la mínima, fue el balance de gestión elaborado por la dirección, y que incluía una fuerte autocrítica. Fue aprobado por 247 votos a favor (el 52%), 159 en contra y 65 abstenciones. No fue presentado por Fausto Fernández, sino por Gerardo del Val, a fin de reflejar una autocrítica colectiva, aunque sin personalizar.
