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EL FUTURO DE EUROPA

Prodi se despide de la Eurocámara con una crítica a los Gobiernos nacionales

El presidente saliente de la Comisión lamenta el escaso empuje europeísta de las capitales

Carlos Yárnoz

El todavía presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se despidió ayer del Parlamento Europeo con un recuento optimista de los logros obtenidos por la UE en sus cinco años de mandato, que concluyen este mes, y con una clara crítica a los Gobiernos nacionales de la Unión por su escaso empuje europeísta. Los grupos mayoritarios de la Cámara destacaron los aciertos de Prodi, pero casi todos ellos apuntaron también los importantes tropiezos del dirigente italiano. El euro, la ampliación y la Constitución fueron exhibidos como los grandes hitos del quinquenio.

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Prodi citó expresamente en su discurso tres puntos en los que los Estados no han estado a la altura de las circunstancias. La Constitución europea, porque, aunque ensalzó su contenido global, entre los aspectos "menos satisfactorios" figura el mantenimiento del derecho de veto de los Gobiernos en muy importantes áreas. La ausencia de un grupo de países que abriera el camino europeísta, porque "las alianzas han sido ad hoc, pragmáticas y puntuales; no ha habido grupos de países que hayan impulsado de forma coherente una mayor integración". Y el proceso de Lisboa (donde en 2000 la UE se comprometió al pleno empleo y ser la zona más competitiva del mundo en 2010), porque, "si los Estados no cambian de comportamiento, la estrategia de Lisboa está amenazada".

Fue esa falta de empujón europeísta la que Prodi, según él, se encontró cuando llegó a presidente de la Comisión en noviembre de 1999: había una "agenda institucional limitada, no a la altura de los nuevos desafíos de la Unión"; en una situación económica no muy favorable, "eran muy fuertes los miedos, las dudas y el escepticismo ante la posibilidad de introducir físicamente el euro"; "muchos" eran favorables a que la ampliación de la UE "se limitara a seis países como máximo"; "no había horizonte temporal definido ni reglas seguras"; seguía habiendo riesgos en los Balcanes sin que Europa tuviera una estrategia definida; y, para colmo, la Comisión estaba en crisis como institución porque la anterior, presidida por Jacques Santer, fue obligada a dimitir al completo.

Frente a ese negro panorama que dijo haber encontrado, Prodi aseguró haber cumplido sus deberes pese a que su quinquenio ha sobrevolado "una negociación institucional permanente" por la puesta en marcha del Tratado de Amsterdam, la aprobación del de Niza y la negociación del Tratado Constitucional. La introducción física del euro ("ha jugado el papel más importante en este mandato"), la ampliación ("la mayor aportación a Europa"), la reforma de la Comisión ("podrá ser más fuerte") o la Constitución ("aporta más democracia a Europa") fueron algunos destacados puntos que citó en su haber.

Minimizó y edulcoró, en cambio, algunos de sus más sonados tropiezos. Si en un momento escandalizó a todo el mundo cuando dijo que el Pacto de Estabilidad era "estúpido", ayer dijo que sólo la Comisión "ha tenido el valor" de lanzar una reforma de esa regla de oro sobre la política presupuestaria de la UE y ahora lee en algún periódico que el Pacto será "inteligente" con esa reforma. Restó más importancia al primer escándalo de su mandato, cuando hace cinco años se empeñó en estrechar relaciones con Libia. Ayer recordó que los Veinticinco han levantado el embargo de armas contra Libia el pasado lunes.

"Se va usted con las alforjas llenas de activos", dijo el presidente del Parlamento, José Borrell. No menos elogiosas fueron algunas de las frases que le dirigieron los líderes de los grupos parlamentarios. "El balance es positivo y hago votos por su futuro personal en Italia", señaló el alemán Hans-Gert Poettering, el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el principal de la Cámara, al que perteneció Silvio Berlusconi, el enemigo político de Prodi. Poettering, no obstante, le restregó que no fue "precisamente luminosa" su idea de calificar el Pacto de "estúpido".

En nombre de los socialistas, el también alemán Martin Schultz destacó "el trabajo ejemplar" de Bruselas en la ampliación, describió un saldo "positivo" de Prodi y le ofreció su "solidaridad política en Italia". El liberal británico Graham Watson pidió a José Manuel Durão Barroso, próximo presidente de la Comisión, que siga el ejemplo de Prodi, a quien, no obstante, le recordó que ha sido criticado constantemente por tener un pie en Bruselas y otro en Roma. Los Verdes, los euroescépticos o los izquierdistas radicales no fueron tan magnánimos y echaron en cara a Prodi que la ampliación se haya hecho con un Chipre aún dividido, que la política migratoria en la UE no es correcta o que los nuevos Estados de la UE están discriminados porque, por ejemplo, tienen limitado el acceso a las máximas ayudas agrícolas.

"Estoy firmemente convencido de la necesidad de tener más Europa y más Unión en Europa". "Debemos sumarnos al proyecto político europeo y hacerlo avanzar con fuerza, convicción y coraje", dijo Prodi como colofón a su despedida.

Prodi, durante su discurso de ayer en el Parlamento Europeo.
Prodi, durante su discurso de ayer en el Parlamento Europeo.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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