Amenazado el liderazgo de Merkel en la CDU alemana
Las fuertes tensiones internas por las que desde hace días atraviesa en Alemania la oposición democristiana (CDU) estallaron ayer en crisis abierta tras conocerse que uno de sus más conocidos dirigentes, Friedrich Merz, ha decidido retirarse de la cúpula de su partido. La decisión del experto en finanzas deja en entredicho el liderazgo de Angela Merkel, la presidenta de la CDU, que ya antes había casado dos grandes problemas: las profundas discrepancias sobre la reforma sanitaria con la hermanada bávara Unión Social Cristiana (CSU) y la polémica sobre la convocatoria de una consulta popular para evitar el ingreso de Turquía en la UE.
Merz, de 48 años y un ver-dadero peso pesado de la política alemana, sorpresivamente anunció ayer que en diciembre ya no se presentará a las elecciones para formar parte de la ejecutiva de la CDU, y asimismo entregará la vicejefatura del grupo parlamentario que seguía detentando. Tras el final de la era de Helmut Kohl, Merz había hecho una carrera que a ratos parecía imparable. Es famoso en Alemania como excelente orador y brillante analista, aunque muchos discrepen de él en su fervorosa defensa de las más drásticas reformas económicas y sociales. En 2002, tras la derrota electoral del socialcristiano Edmund Stoiber frente al canciller Gerhard Schröder, Merz tuvo que ceder la jefatura del grupo parlamentario a una Angela Merkel ya entonces ansiosa de controlar todos los hilos de la oposición.
Ambición personal
En una carta hecha pública ayer, Merz aseguró de manera bastante genérica que sigue apoyando a Merkel. La frase crucial, sin embargo, es aquella en la que afirma que las propuestas democristianas para reformar el Estado de bienestar sólo podrán seguir adelante si no se ven ensombrecidas por ambiciones personales. Merz no aclaró y esto en Berlín dio pie a múltiples interpretaciones sobre a qué ambiciones se refería: si a las de Merkel, a las de Stoiber, o incluso a las propias. En una entrevista, el siempre locuaz político no excluyó regresar más adelante al primer plano político.
Todo ello tiene lugar ante el trasfondo de las profundas diferencias que mantienen la CDU y la CSU sobre qué tipo de reforma sanitaria impulsar: si aquélla en la que la contribución al seguro médico sólo sería una cuota única para ricos y pobres de 169 euros, como quiere Merkel, o una versión más parecida al actual sistema de pagos escalonados según el ingreso, por la que propugna Stoiber. Además, la CSU lanzó la propuesta de recoger firmas en contra del ingreso de Turquía a la UE. Merkel aprobó la idea, pero constató después que muchos de sus compañeros consideran descabellada y populista esta campaña.
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