Un puente entre las familias y el instituto

Patrocinio Sánchez trabaja como educadora social en el instituto Sáez de Buruaga, en Mérida, por primera vez este curso. Ella es la encargada de recoger a los alumnos que vienen en autobús desde otras zonas y acompañarles hasta

el centro.

Pero su función es también mediadora y por eso trata de mantener la convivencia en el instituto. "Cuando un alumno tiene un comportamiento antisocial en el aula, mi tarea es intervenir junto con el tutor y el jefe de estudios. Entrevisto al niño y trato de averiguar por qué se comporta así. Le pregunto qué le ocurre, en qué trabaja su padre o dónde vive... hasta llegar a donde a mí me interesa saber", cuenta.

Su labor es detectar si el chaval tiene problemas en su familia o en su ambiente más cercano y tratar así de que el centro y los servicios sociales tomen medidas.

Combatir el absentismo escolar es también una de sus tareas. "Cuando un alumno falta a clase lo primero que hago es ponerme en contacto con su familia. También trato de averiguar cuál es la razón por la que no viene al instituto: ¿Por qué se aburre? ¿Por qué se dedica a otras actividades fuera del centro?", señala.

Además, Patrocinio Sánchez participa en la formación de los padres y mejora la relación con sus hijos. Por ejemplo, en cómo actuar con hijos adolescentes.

En Zaragoza, Carmen Gacías es trabajadora social en el instituto Pablo Serrano, desde hace cinco años. Sus funciones se desempeñan dentro del equipo de orientación del centro, junto con los profesores de compensatoria, de garantía social o de pedagogía terapéutica.

"Intento acercar al instituto a las familias de los alumnos con retraso escolar grave y con problemas sociales", explica. "Por ejemplo,

si un alumno chino falta mucho a clase porque no se siente a gusto con el trato de los demás

niños, acudo a hablar con sus padres. En general, las familias lo agradecen bastante", dice.

Cuenta Carmen Gacías que su instituto es muy grande por lo que otra de sus labores es servir de referencia a los chicos inmigrantes que llegan. "Nada más hacer la matrícula

pasan a hablar

conmigo. Entonces les explico cómo funciona el centro, el sistema

educativo español,

dónde están las instalaciones, los horarios, la obligatoriedad de asistir al centro. Luego presento al chico al tutor y busco a algún alumno que pueda servirle de ayuda", señala.

Esta trabajadora social también se ocupa de garantizar que los alumnos más desfavorecidos

conozcan y puedan acceder a ayudas de comedores, de libros o de movilidad.