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La Embajada de España en Cuba invita a los disidentes

Disidentes y familiares de presos políticos cubanos ya han recibido la invitación para asistir a la recepción que ofrecerá en su residencia el nuevo embajador español en La Habana, Carlos Zaldívar, con motivo de la Fiesta Nacional, el próximo 12 de octubre. De esta forma queda zanjada la polémica surgida en los últimos días en España y en medios opositores cubanos, ante la posibilidad de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero diese marcha atrás unilateralmente a la política acordada por los países de la Unión Europea de invitar a los opositores a las celebraciones nacionales en sus embajadas. Esta iniciativa se tomó como represalia por el encarcelamiento de 75 disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de una lancha el año pasado.

En respuesta a estas invitaciones a los opositores, el Gobierno cubano mantiene congelados los contactos políticos y diplomáticos con las embajadas de la UE en La Habana. El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha argumentado en varias ocasiones que las sanciones adoptadas por la UE "no han sido eficaces para lograr mayores espacios de libertad y respeto a los derechos humanos" y ha abogado por establecer una nueva relación con Cuba basada en el diálogo. Ayer, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que España está trabajando con sus socios de la UE para "buscar fórmulas alternativas".

"Chantaje" de Castro

En las últimas semanas, el debate sobre si España debía invitar o no a los disidentes se convirtió en asunto de política nacional. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, pidió esta semana al Gobierno que no se prestara al "chantaje del régimen de Fidel Castro", aludiendo a la posibilidad de que Cuba liberase a algunos presos políticos a cambio de la renuncia española a esas invitaciones.

La oposición cubana recibió la noticia con regocijo. Oswaldo Payá, líder del Proyecto Varela, expresó su satisfacción porque no se haya roto "el consenso entre los partidos políticos españoles sobre la política a seguir para lograr un futuro mejor para Cuba". En el mismo sentido se expresó Elizardo Sánchez, agregando que no invitar a los disidentes hubiera supuesto "erosionar" la posición común de la UE.

El Gobierno cubano nunca ha aceptado esta posición común, por considerar que establece dobles raseros y "condicionamientos inadmisibles" que no se le exigen a otros países. En medios empresariales españoles, críticos con la política de presión que Aznar ejerció sobre Cuba y llevó a la UE, se piensa que la continuación de los desencuentros políticos no favorecen los intereses españoles en la isla.

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