Callejeros
Tres propuestas de rock callejero, separadas en el tiempo más de 20 años, sirvieron para abrir el ciclo de conciertos de la VI Semana de Autor, que va a celebrarse en estos días en la capital y que reúne a buen número de artistas y tendencias de variado atractivo. En la noche inaugural, Albertucho, artista sevillano en la línea de Robe Iniesta, de Extremoduro o el grupo Marea, ofreció una vibrante actuación en la que sacó gran partido a las canciones de su último disco, Que se callen los profetas.
La peculiar personalidad artística de este cantante con pinta de antihéroe aporta un plus de originalidad, al recitar Albertucho con pasión esas historias de "gente normal" que pueblan canciones como Frío, Pelo de gato o El pisito.
Callejeros Albertucho + Lele Laina y José L. Jiménez + Burning
Sala Galileo. Madrid, martes 5 de octubre.
En segundo lugar, salían a escena Lele Laina y José L. Jiménez, militantes ambos en dos formaciones punteras del rock urbano madrileño de los setenta, Asfalto y Topo, grupos que en su momento no llegaron quizá a más por no ser tan galácticos y glamourosos como otros artistas y estilos -Miguel Ríos, Burning, Tequila o la Movida- que tomaron enseguida las riendas del gusto colectivo.
Lele Laina y José L. Jiménez, guitarrista y bajista respectivamente, han regresado a la actualidad con Canciones básicas, un compendio con lo mejor de ambas formaciones, registrado en formato semiacústico, y que lleva ya la friolera de casi 40.000 discos vendidos. Los dos músicos presentaban estas canciones revividas con ilusión ante un público que llenó la sala y que se sabía las letras de aquellos temas que, inexplicablemente, hicieron que sus autores se quedasen, cual Moisés, a las puertas del boom que la música española lograría solo unos años después.
Nostalgia
Ya está bien, Mis amigos dónde estarán, Vallekas 1996 o Rocinante volvieron de nuevo a refulgir en las espléndidas voces de estos dos veteranos, acompañados en esta ocasión de un batería y un guitarrista con los que conseguían que las míticas canciones se parecieran bastante a sus versiones originales. Como siempre, fue Días de escuela, uno de los frescos más fieles de lo que fue la infancia de quienes ahora rondan los 40, la canción más celebrada en un concierto en el que se respiraba una nostálgica ternura por los inocentes y duros tiempos de la premovida.
Finalmente, Johnny Cifuentes y sus Burning se encargaron de cerrar de modo bien exitoso una velada de esas que el respetable disfruta cantando a coro. Miéntelas, ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?, No es extraño que tú estés loca por mí, Jim Dinamita y Mueve tus caderas, entre otras, fueron el material despachado por otra banda que alcanza niveles de complicidad muy fuertes con sus seguidores.
Babelia
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