Váyase sin odio, señor Aznar

Con relación al Congreso del Partido Popular, felicito al señor Ruiz-Gallardón por su valentía al pronunciar en su discurso el reconocimiento de posibles errores en la gestión del anterior Gobierno popular; felicito también a su actual presidente, el señor Rajoy, por haberle permitido pronunciarlo, a pesar de las críticas que ello implicará. Les felicito a ambos, aunque no soy afín a sus ideas políticas, pero así debe ser la democracia básicamente: reconocer los aciertos y paliar los errores si hay humildad y voluntad de entendimiento entre las partes.

Porque, no se equivoquen ustedes, eso es lo que apreciamos y queremos la mayoría del pueblo español; casi la totalidad de los votantes de 20 o 30 años no entienden o no saben reconocer lo que es "la derecha y la izquierda", y los más mayores tenemos que explicárselo con versiones interesadas; pues ¡basta ya de extremos! Hoy en día se diferencian muy poco los gobiernos de uno u otro signo, por tanto, entérense de una vez, señores políticos, el pueblo español, cuando nos citan a las urnas, vota por la honestidad, la honradez, la humildad en las formas y todo aquello que nos garantice un Gobierno estable, sea del signo político que sea quien lo ofrezca; por consiguiente, no votamos al odio, a la mentira y al desprecio a los deseos de la mayoría.

Por estas razones, me dio pena escuchar al señor Aznar destilar tanto odio hacia los socialistas, haciéndoles culpables de sus propios errores, que, por cierto, no reconoció en ningún momento; así que, señor mío, cítese con su confesor habitual para hacer un buen acto de contrición, un buen propósito de enmienda y, por ende, una buena confesión para que ese odio que tiene desaparezca de sus entrañas o le producirá gastritis o algo más grave. ¡Váyase sin odio, señor Aznar!