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Miles de personas se manifiestan en Sevilla a favor del mantenimiento de los astilleros de Izar

Los cuatro grupos parlamentarios respaldan la protesta de los trabajadores

Reyes Rincón

Los sindicatos contaron a 25.000 personas y la Policía Local a 5.000. Baile de cifras al margen, la manifestación en defensa de los astilleros de Izar en Andalucía recorrió en la tarde de ayer las calles de la capital y reunió a los trabajadores de la industria naval hispalense y sus familias, representantes sindicales, empleados de Izar de Puerto Real y San Fernando y a miembros de los cuatro partidos con representación en el Parlamento de Andalucía, PSOE, PP, IU y PA. Al frente de la marcha estuvieron también el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y los presidentes del comité de empresa de Altadis e Isla Mágica, otras dos empresas de la ciudad amenazadas con el cierre.

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La manifestación convocada por los trabajadores de los astilleros no logró sacar a la calle a todos los sevillanos cuyo apoyo habían pedido los empleados de Izar, pero sí consiguió algo poco frecuente en las movilizaciones causadas por conflictos laborales: colocar detrás de la misma pancarta a representantes de todos los partidos políticos. Claro que cada cual, al margen de la solidaridad con los trabajadores de la industria naval, tenía su propia reivindicación.

El alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, hizo hincapié en que el apoyo ciudadano hacia los astilleros es "unánime" porque "no sólo afecta a Izar y su industria auxiliar, sino a toda la ciudad". "Defender que los astilleros sigan es defender que Sevilla no pierda una línea industrial, la construcción de barcos, que forma parte de nuestra cultura", señaló Monteseirín.

Entre los socialistas que participaron en la marcha se encontraban también el secretario provincial de Sevilla, José Antonio Viera, el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, y el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla, Demetrio Pérez, quien insistió en que el Ejecutivo autonómico está convencido de que "con diálogo" se llegará a una solución.

La marcha tardó una hora en recorrer los alrededor de 1,2 kilómetros que distan entre la Plaza Nueva y la Glorieta del Cid, frente al Prado de San Sebastián. Discurrió pacífica, sólo alterada por más de un petardo potente que no causó daños serios pero sí algún que otro susto a los viandantes a los que cogió desprevenido. Entre los manifestantes, muchas camisetas en contra del cierre de los astilleros, pero también varios petos de trabajadores de Altadis y camisetas de Isla Mágica, cuyos empleados, que también ven peligrar sus puestos de trabajo, habían decidido en asamblea sumarse a la marcha de ayer.

"Venimos a apoyarlos a ellos, pero también a luchar por nuestros puestos. Sevilla no puede perder ni un empleo más", señaló la presidenta del comité de empresa de la fábrica de tabacos, Josefa Medrano, quien durante la marcha cogió varias veces el megáfono para clamar contra el cierre de su empresa, pero también del parque temático y de las instalaciones de Izar.

A la convocatoria se sumaron algunos representantes del PP, como el concejal Beltrán Pérez y el edil y presidente de los populares sevillanos, Ricardo Tarno. Éste, aseguró, hubiera preferido ver a los socialistas "delante" de la pancarta en vez de detrás. "El Gobierno del PP se colocó delante durante ocho años y no se perdió ni un empleo ni una factoría", aseguró Tarno. "Es magnífico manifestarse contra uno mismo como hacen los socialistas", ironizó.

IU estuvo también bien representada. Entre los primeros en llegar a la marcha estuvieron los tres ediles de la formación de izquierdas en el Ayuntamiento de Sevilla (Paula Garvín, Antonio Rodrigo y Manuel Silva), el ex diputado Felipe Alcaraz, el parlamentario Antonio Romero y el coordinador de IU en Andalucía, Diego Valderas, quien pidió al Gobierno central "que cumpla su palabra". El PA estuvo representado, entre otros, por su secretario general, Antonio Ortega, y el concejal en el Ayuntamiento de Sevilla Agustín Villar.

La marcha, aunque convocada por los trabajadores de los astilleros de Sevilla, sirvió también para reivindicar la pervivencia de toda la industria naval andaluza y hasta la capital llegaron decenas de trabajadores de las fábricas de Izar de Puerto Real y San Fernando.

El cierre de la marcha corrió a cargo del defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, quien leyó un comunicado redactado por los trabajadores. "El orgullo de Sevilla por su astillero y su industria naval es la mejor garantía para su futuro. Si Sevilla no quiere, Astillero no se cierra", señaló Chamizo, quien defendió la continuidad de la fábrica de Izar, y de la de Altadis, por su importancia tanto en el desarrollo económico como en la historia de la ciudad.

Trabajadores de los astilleros, durante la manifestación de ayer en Sevilla.
Trabajadores de los astilleros, durante la manifestación de ayer en Sevilla.ALEJANDRO RUESGA

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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