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EL XV CONGRESO DEL PARTIDO POPULAR

Aznar exige al PP que denuncie la "inmensa causa general del Gobierno" contra él

Afirma que irá a la comisión del 11-M a contar quiénes "forzaron la voluntad popular"

José María Aznar enardeció ayer a sus fieles. En su última despedida como presidente del PP, pues ése es ahora el cargo de Mariano Rajoy, exigió a su entusiasta afición que "no preste atención pero denuncie" una "inmensa causa general que desde el Gobierno han abierto contra el anterior Gobierno", es decir, contra él. Proclamó que él "no ajustó cuentas con el pasado, y mira que había cuentas". Tildó al Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero de "Gobierno del revanchismo" y le pronosticó "un recorrido muy corto". Afirmó que irá a la Comisión del 11-M a "decir la verdad" y a "dar la cara". Y allí "los españoles verán", entre otras cosas, "quiénes forzaron la voluntad popular" en las elecciones del 14 de marzo.

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"Yo voy a ir a la comisión de investigación [de los atentados terroristas] del 11 de marzo porque nunca he dejado de dar la cara", soltó Aznar después de proclamar que él y su partido no se van "a quedar quietos mientras otros echan los restos" para hacerles "desaparecer".

Pronosticó lo que ocurrirá en esa comparecencia: "Pasará como cuando fue Ángel Acebes. Los españoles verán quiénes hicimos, lo mejor que pudimos, lo que teníamos que hacer, y quiénes mintieron, manipularon y forzaron la voluntad popular" ante las elecciones del 14-M. No explicó como se "forzó" esa voluntad, pero dio por demostrado el culpable: "Quienes cercaron nuestras sedes en plena jornada de reflexión, los mismos que meses atrás las habían apedreado".

Si la comparecencia de Aznar en la comisión parlamentaria se presenta animada, no lo será menos la oposición que el PP hará si ese partido hace caso a los mensajes de su presidente de honor.

Partió de una declaración de principios: "Los que tenemos razón somos nosotros, y lo hemos demostrado. Y los que se equivocan son los socialistas, y también lo están demostrando". Con esa hipótesis como verdad demostrada, reclamó a los suyos que hagan "oposición por la mañana, por la tarde y por la noche". Y que "nunca lleguen a sentir vergüenza por haber gobernado".

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Esa "vergüenza" aparecería, según Aznar, si el PP pierde la "coherencia con su propia trayectoria", es decir, si sus dirigentes dejan de estar "muy seguros de que durante ocho años hicieron que España fuera mejor que nunca". De producirse tal duda, esa "vergüenza" en el lenguaje del ex presidente del PP, su partido quedará "incapacitado para volver a gobernar". Y eso si que no, porque el PP "legítimamente aspira a volver al Gobierno".

Orgullo y barbaridad

El orgullo de partido fue enarbolado por Aznar y jaleado por su público. Lo alimentó, sobre todo, con la imagen de que el Gobierno socialista comete "barbaridades" y España necesita la oposición que, "por sentido de responsabilidad y por patriotismo", va a hacer el PP.

La primera "barbaridad" que Aznar ve en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es que "quiere dividir a la sociedad española". Para ello, según su interpretación, los socialistas "eligen cuidadosamente los temas: los que creen que les sitúan como nobles progresistas y al PP como antiguos reaccionarios". No mencionó ninguno en particular, pero sí concluyó: "Ni hay progreso en los jardines donde ellos entran ni nuestras ideas son antiguas".

Aunque el foro era el de un congreso del partido donde él sólo actuaba como telonero, el ambiente entre los compromisarios del PP fue tomando la temperatura de un mitin. "No hay progreso en profetizar el inexorable empobrecimiento de la sociedad española y esforzarse en conseguirlo", clamó su ex líder para diferenciar los conceptos del "progreso", del que él presume, y el "progresismo", que detesta. Ni es "progreso", a su juicio, "dejar a España aislada en el mundo. Eso ni es progreso, ni es inteligente, ni es prudente, porque una España sin amigos es más pobre, más frágil y más vulnerable".

Ahí, sin mencionar la guerra de Irak, la defendió a su manera. "Hicimos lo correcto cuando decidimos implicarnos hasta el cuello en la lucha contra el terrorismo, y colaborar con nuestros amigos y aliados".

Ésa fue la segunda referencia de Aznar para defender su participación en la foto del trío de las Azores. Dedicó la primera a denostar la retirada de las tropas españolas en Irak con una comparación, sistemática en él, entre el terrorismo de ETA y el de Irak: "Muchos amigos no están hoy aquí. Por nuestra defensa de España y nuestra firmeza contra el terrorismo han caído asesinados". Eso fue muy aplaudido, y Aznar lanzó ahí su proyectil: "Ellos no se retiraron, aunque les pusiesen una bomba. Nunca nadie les ordenó retirarse. Sabían que retirarse era el peor camino".

Aznar intervino ayer en la clausura del 15º Congreso del PP para ceder, ya definitivamente, la presidencia del PP a Mariano Rajoy. Aprovechó para elogiar a sus compañeros de viaje: Francisco Álvarez-Cascos, Rodrigo Rato -"no puedo imaginarme a nadie más adecuado para explicar por el mundo qué políticas económicas funcionan y cuáles no"-, Jaime Mayor y Javier Arenas. Sólo los dos últimos siguen en la ejecutiva del PP.

Y aprovechó también para decir lo que espera de Rajoy. "Cuando se presente a las elecciones llevará un proyecto distinto y un programa distinto. Claro". No hacerlo, dijo, "sería estúpido". Pero "ese nuevo proyecto"que lleve tendrá como garantía los ocho años de Aznar en Moncloa: "Este programa es de aquellos que cuando gobernaban dejaron a España sin déficit, con empleo, con menos comandos terroristas y ninguno en las instituciones [en referencia a HB]; son los que no robaban; los que hicieron de España un país que contaba".

Federico Trillo, Eduardo Zaplana, Alberto Ruiz-Gallardón y Javier Arenas.
Federico Trillo, Eduardo Zaplana, Alberto Ruiz-Gallardón y Javier Arenas.BERNARDO PÉREZ
El ex presidente del Gobierno José María Aznar
El ex presidente del Gobierno José María AznarB. P.

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