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Reportaje:Apuntes

Alicante: estabilidad y cambio durante sus 25 años

La Universidad celebra sus bodas de plata rememorando las gestión de sus cuatro rectores

Los 25 años de la Universidad de Alicante han estado trufados de una cierta estabilidad, sólo cuatro rectores diferentes pero con continuidad en la gestión. Al mismo tiempo, ha sido una etapa de cambios y transformaciones profundas en el campus, a pesar de la mutilación forzosa de facultades y titulaciones para nutrir a otra universidad.

En octubre de 1979, hace ahora 25 años, fue creada la Universidad de Alicante en base al Centro de Estudios Universitarios (CEU), que había comenzado a funcionar en 1968. Durante estos años la transformación de campus ha sido espectacular y la Universidad, con más de 32.000 alumnos y 2.000 empleados docentes y de servicios, se ha convertido en un referente internacional.

Martín Mateo concibió la fisonomía del campus actual y abogó por la ingeniería social
Andrés Pedreño gestó un parque científico que fue bloqueado por Eduardo Zaplana

La ciudad de Alicante recuperó en 1979 los estudios universitarios suspendidos en la provincia en 1834, cuando cerró, tras dos siglos de existencia la antigua Universidad de Orihuela, creada mediante Bula Papal en 1545, y mantuvo abiertas sus puertas durante dos siglos, entre los años 1610 y 1808. De aquella génesis universitaria se conserva el Colegio de Santo Domingo, edificio de la antigua Universidad de Orihuela (Vega Baja), recuperado ahora, gracias al acuerdo entre la Diócesis y la Universidad.

La Ley 29/1979 contempló la creación de la Universidad de Alicante, que empezó a andar con las facultades de Ciencias y Filosofía y las escuelas universitarias de Estudios Empresariales y de Profesorado de Educación General Básica, dependientes de la Universidad de Valencia, así como las facultades de Medicina, Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales y la Escuela Universitaria de Enfermería de nueva creación. Algunos centros ya existían en el CEU. En su primer curso la Universidad de Alicante contó 250 profesores, de éstos 150 procedentes del Colegio Universitario, y alcanzó unos 6.000 alumnos en total.

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Con 38 años, Antonio Gil Olcina se convirtió en el primer rector de la institución. En 1980 el Ministerio le nombró presidente de la Comisión Gestora y rector, cargo que ostentaría hasta 1985. Su mandato sentó las bases legales para la consolidación de la Universidad de Alicante y sobre todo garantizó su crecimiento futuro en el campus actual, gracias a la cesión por parte del Ministerio de Defensa de los terrenos del antiguo aeródromo militar, en el término municipal de Sant Vicent. "Fue una etapa de gran ilusión y proyectos en la que colaboraron todos", recuerda ahora el rector honorífico.

El sábado 23 de febrero de 1985, y tras una sesión maratoniana de debates que se prolongó durante más de once horas y dos votaciones consecutivas, por falta de quórum, el Claustro, reunido en la casa de cultura del Paseito Ramiro de Alicante, logró aprobar los primeros estatutos de la institución académica.

En 1985 fue elegido rector Ramón Martín Mateo, que se mantuvo en el cargo hasta 1993. Durante estos años el campus experimentó cambios importantes en su fisonomía. "Sin el plan de urbanismo que diseñamos, esto sería un erial", recuerda Martín Mateo que agradece la labor realizada por el paisajista Luis Romeu Lamagniere. Durante esos años se construyeron, entre otras, las facultades de Derecho y Económicas, y se optó por adoptar una circulación periférica. El ex rector recuerda como "un sueño aquella época de ingeniería social" en el diseño del campus. Durante su mandato el número de alumnos se situó entre los 12.000 y 15.000 y se consolidaron las diferentes carreras, con la absorción definitiva de la Escuela Politécnica, dependiente hasta la fecha de Valencia.

Martín Mateo agotó sus dos mandatos como rector. En 1991, nombró al catedrático Andrés Pedreño vicerrector de Asuntos Económicos, en sustitución del entonces socialista Diego Such. Al finalizar los mandatos del segundo rector, Pedreño se enfrentó en las urnas con el catedrático de Psicología de la Salud, Jesús Rodríguez Marín, actual rector de la Universidad Miguel Hernández, y Joaquín de Juan, catedrático de Histología. Pedreño logró imponerse en la votación y vencer al poder que representaba la Facultad de Medicina.

La etapa de Andrés Pedreño es recordada, por algunos de sus colaboradores, como la de la "ilusión, los proyectos y la resistencia". Por una parte, se fueron ejecutando grandes obras, como la construcción del Aulario II, el nuevo edificio de la Politécnica, la Biblioteca General, Óptica, la planta de laboratorios CTQ, el rectorado o el Museo de la Universidad de Alicante (MUA), entre otros, y se abrieron varias sedes universitarias. Además, en el plano interno, se aprobó un nuevo modelo de plantilla, se abogó por la implantación de las nuevas tecnologías, cuya máxima expresión fue la puesta en marcha de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y se aprobó un plan de prevención. Hubo un nuevo sistema de financiación que permitió aumentar un 15% el presupuesto. "Se distribuyó el dinero con criterios objetivos que introdujeron un nuevo concepto de administración", explica Carlos Barciela, ex vicerrector de Asuntos Económicos.

Andrés Pedreño en su libro Utopía y realidades: Universidad de Alicante 1994-1997 recuerda que se vivieron "situaciones muy difíciles", aunque en aquellos años, entre 1990 y 1996, la Universidad pasó de 15.000 a 31.000 alumnos, la plantilla docente aumentó un 58%, el personal de Administración y Servicios en un 32%, y se consiguieron 15 nuevas titulaciones durante su primer mandato. Pedreño diseñó un ambicioso proyecto de parque científico que fue paralizado por el gobierno que presidió Eduardo Zaplana.

El origen de la disputa fue la decisión del Consell de arrebatar por la fuerza, con el rechazo mayoritario del Claustro y una fuerte oposición social, la Facultad de Medicina y dos titulaciones de la Facultad de Ciencias para crear la Universidad Miguel Hernández. Ante esta decisión arbitraria, y en defensa de la autonomía universitaria, Pedreño optó por no ceder la presidencia a Eduardo Zaplana en la inaguración del curso de 1996. El entonces presidente de la Generalitat, ante esta negativa, abandonó corriendo el Paraninfo seguido por todos los cargos públicos del PP que dejaron sólo al rector, que recibió una cálida ovación del público. A partir de ahí, las tensiones entre el rectorado y el Consell, y todas las administraciones gobernadas por el PP, fueron constantes y permanentes. Prueba de ello son que el Centro de Documentación Europea perdió su ayuda económica, se negó autorización para impartir enseñanzas en Orihuela, y se paralizó el proyecto de Parque Científico, que con la marca Medpark, había diseñado Pedreño.

No obstante, pese a la política de acoso y derribo, el catedrático de Economía Aplicada se presentó a la reelección en 1997 y fue elegido con el abrumador apoyo del 88% del Claustro. Sin embargo, a finales de 2000 presentó su dimisión por el bloqueo de Zaplana al Medpark. Pedreño situó a su vicerrector de Ordenación Académica, Salvador Ordóñez, al frente del rectorado, y éste se presentaría a las elecciones de 2001 obteniendo un amplio respaldo. La prioridad del nuevo rector era "restablecer las relaciones institucionales". Un objetivo que cumplió y se visualizó en la apertura del curso académico de 2001 cuando, tras cinco años de ausencias y vacíos por parte de los altos cargos del PP, Eduardo Zaplana, arropado por un alud de dirigentes del PP, acudieron al acto. A partir de ahí se buscó el consenso y se redefinió el proyecto de ampliación del campus. Ahora, la marcha de Ordóñez a Madrid, como Secretario de Estado de Universidades, y la presencia de Rodríguez Zapatero, del PSOE, y Francisco Camps, del PP, juntos en la apertura de curso brindaron una fotografía para la historia.

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