"Quería que la gente supiera cómo vivimos, día a día, los amenazados"
Patxi Elola fue militante de Euskadiko Ezkerra y ahora lo es del PSE- EE. Este jardinero municipal y concejal de Zarautz, con una larga trayectoria de compromiso político paralela a la de Mario Onaindia, co-protagoniza la película Perseguidos sobre la vida de los amenazados por ETA.
Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de actuar en la película?
Respuesta. El productor, Elías Querejeta y el director, Eterio Ortega, plantearon un documental que mostrara el lado humano de los amenazados. Las vivencias que se esconden destrás de una persona escoltada, cómo vive el día a día. No aparece nuestra identidad, ni nuestra filiación política, aunque aquí se nos conozca a José Luis Vela [concejal del PSE-EE de Andoain] y a mí, que somos quienes ponemos cara y nombre a un colectivo muy grande. Porque Querejeta ha sido muy escrupuloso, no ha querido hacer una película comercial, sino una denuncia de la persecución, sea aquí o en Honolulú.
"La película se puede ver en Bilbao oVitoria. En San Sebastián no sé por qué no se proyecta"
"Los niños son los sufridores. Mi hijo lleva la mitad de su vida escoltado"
P. ¿Responde el resultado a lo que usted se le propuso cuando aceptó protagonizarla?
R. Yo acepté enseguida contar mi historia, porque me interesaba que la gente supiera cómo vivimos. Pero me costó convencer a mi mujer para que apareciera nuestro hijo como parte afectada, porque los niños son los verdaderos sufridores. Mi hijo lleva cuatro años y medio, la mitad de su vida, escoltado. Y, claro, si queríamos denunciar la situación y que la gente viera la realidad, nos tuvimos que decidir.
P. ¿ Y qué ecos ha suscitado la denuncia?
R. Se estrenó en el Festival de San Sebastián y tuvo una reacción muy buena desde el propio colectivo al que representamos. En Madrid y Barcelona la crítica y la prensa han quedado muy impresionados. Yo animo a verla, porque creo que ayuda a la gente a darse cuenta de que, como en todos los órdenes de la vida, detrás de cada persona siempre hay una historia, pero en este caso hay un drama. De todos modos, me extraña que tras su estreno esté en cartelera en Bilbao, Vitoria y hasta en Irún, mientras que en San Sebastián, donde hay cantidad de multicines, no se proyecta.
P. ¿ Ha evolucionado la sensibilidad de la gente ante los amenazados en estos cuatro años?
R. Al principio causaba extrañeza, pero con el paso del tiempo parece que la gente se ha acostumbrado. Yo soy jardinero y tengo la sensación de que el ver a un jardinero con escolta pertenece al paisaje de Zarautz; la gente ya ni se inmuta.
P. ¿Está más relajado al ver que el último año y medio ha transcurrido sin asesinatos?
R. Más relajado mentalmente, por el hecho de que no maten a nadie, ni aquí ni en Granada. Pero, desde que tengo escolta, no he bajado la guardia y creo que no hay que hacerlo. Ahora, incluso puede parecer algo superfluo, pero nuestra vida sigue igual que cuando mataban a gente. Porque ETA no ha levantado la veda; sigue en pie su amenaza. Hace tres días emitió un vídeo en el que ponía sus condiciones para dejar de matar; como siempre, condiciones inaceptables.
P. El lehendakari no mencionó a los amenazados en su discurso del pleno de política general.
R. Será que no es sensible a una situación que él no está viviendo. En ningún lugar del mundo ocurre que los escoltados seamos los de la oposición y no los que están en el poder. También habrá quien se pregunte porqué un grupo terrorista que se autodenomina socialista y nacionalista tiene amenazados a los socialistas y no a los nacionalistas. Ya se vio la sensibilidad del PNV y EA al no apoyar el homenaje de Andoain a Joseba Pagazaurtundua, y eso que acababan de iniciar la campaña de sensibilización con la famosa foto de la bala y el pintalabios.
P. Eudel creó un Foro Cívico para involucrar a los ayuntamientos en la sensibilización hacia víctimas y amenazados.
R. Cuatro fotos y cuatro declaraciones. En Zarautz apoyamos la moción en la primavera del 2002 y no se ha hecho nada. Ahora parece que quieren reactivarlo otra vez. ¿Precisamente ahora se acuerdan otra vez de los amenazados?.
P. ¿Insinúa que se mueven por la proximidad electoral?
R. Yo no insinúo nada, las fechas coinciden. Pero las víctimas y amenazados necesitan reconocimiento todos los días.No creo que haya voluntad de afrontar la situación en serio.
P. ¿Qué iniciativas de sensibilización impulsaría usted?
R. Primero, tengo una cosa clara: quiénes son las víctimas, y no quiero comparar, como hacía Azkarraga hoy [por el jueves], entre terrorismo bueno o malo. El espíritu de la moción de Eudel era en favor de las víctimas, en defensa de las libertades y contra las amenazas de ETA y la kale borroka, de modo que no mezclemos churras con merinas. Por eso creo, además, que no se ha llevado adelante.
P. Usted también ha sido uno de los impulsores del homenaje a Mario Onaindía celebrado en Zarautz. Él le dedicó uno de sus libros y, en su nombre, "a todos los amenazados que arriesgan su vida en defensa de unos marcos de convivencia, como el Estatuto y la Constitución, que son escudos de libertad", según reza la dedicatoria.
R. Junto a otros, he coincidido con Mario, a través del tiempo, en la trayectoria política. El era un amigo de Zarautz y ha sido un filón para nosotros. Venía siempre que le requeríamos y participó en la fundación de esta sociedad, Zazpi, y en todos sus aniversarios. Fue nuestro guía político, por eso queremos que su escultura represente lo que era: un faro. Además de entrañable y amigo, Mario realizaba siempre reflexiones anticipativas y provocadoras.
P. Y han lanzado el mensaje del autonomismo.
R. Mario era un autonomista.Desde su militancia en ETA y en la izquierda nacionalista pasó a defender las libertades de todos los ciudadanos. No defendía la tierra donde vivía, sino a quienes viven en ella, una evolución que te lleva a constatar que no eres nacionalista. Del mismo modo que nos legó, como mensaje, que, en lugar de "defender la casa del padre", hay que "defender la de nuestros hijos y nietos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.