El coste del buen gobierno
El 45% de los directivos cree que el precio de adaptarse a las nuevas normas es importante
El buen gobierno tiene coste. Sobre todo para las empresas que deben cumplir nuevas exigencias aprobadas como reacción a los escándalos empresariales que empezaron con la quiebra Enron hace más de tres años. En España, por ejemplo, las cotizadas deben elaborar una memoria específica sobre estas cuestiones y han tenido que modificar su relación con los auditores, por poner sólo dos ejemplos, tras la entrada en vigor de la ley financiera y de la de transparencia de los mercados. El último informe de reputación corporativa de Hill & Knowlton y Economist Intelligence Unit -la unidad de investigación del grupo editor de The Economist-, muestra que el 45% de los directivos considera que el coste de estos cambios es considerable aunque asumible, mientras que un 48% asegura que es razonable y sólo un 8% dice que estas inversiones afectan la capacidad de competir de la empresa.
El 32% de las firmas se ha enfrentado a un juicio por estas cuestiones y consideran los litigios con una preocupación creciente
El coste no es sólo económico. El 24% de los encuestados considera que el precio más alto pagado por su compañía tiene que ver con la dedicación que exige al equipo ejecutivo, así como la mayor complejidad adminisitrativa.
Los encuestados temen que otras áreas de la empresa se resientan por ello. Lo que más les preocupa es que se vea afectada la capacidad de la empresa para innovar o que aumenten los riesgos a los que ésta se enfrenta. Los tribunales son uno de esos riesgos, sobre todo para las compañías estadounidenses. El 32% de las organizaciones se ha enfrentado a algún juicio en los últimos cinco años y consideran los tribunales un problema creciente.
La encuesta pone de manifiesto que la política más extendida en las grandes organizaciones en materia de reputación corporativa tienen que ver con la igualdad de los trabajadores (el 46% de las compañías ha tomado alguna medida en este sentido en los últimos dos años); donativos a distintas organizaciones (41%) y mejorar sus prácticas medioambientales (37%). En materia de buen gobierno, el 59% de las firmas ha revisado la forma en que transmite información a los mercados y el 40% ha remodelado el consejo para asegurar mayor independencia
Para llegar a estas conclusiones los autores del estudio han entrevistado a directivos y consejeros de 175 empresas europeas, norteamericanas, de Asia y Oceanía.
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