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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las TIC, en su justa medida

Patricia Fernández de Lis

Hubo un tiempo en el que se creía que las tecnologías de la información acabarían con los ciclos económicos. Poco después, hubo otro tiempo en el que se concluyó que no servían para nada. Ahora, cuando al fin se ha disipado el humo provocado por el estallido de la burbuja.com, es el momento de analizar cuál es el impacto real de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en la economía, en general, y en la productividad y la actividad empresarial, en particular. Y éste es, precisamente, el objetivo de este libro.

La obra ha sido galardonada con el IX Premio del Círculo de Empresarios. Escrita por Emilio Ontiveros, Daniel Manzano e Ignacio Rodríguez, trata de averiguar la relación entre la aplicación de las nuevas tecnologías en la empresa y el crecimiento económico, tratando con especial atención la situación española. La intención es averiguar qué hace que una empresa sea más productiva, es decir, por qué "produce mejor" -que no más- una que otra, y si las TIC juegan algún papel en ello. Y las conclusiones llaman la atención: la tecnología no es la panacea, y nunca garantiza mayor competitividad a una empresa ni el crecimiento o la productividad a una economía. Sí ayudan, sin embargo, a conseguir las tres cosas, si se utilizan con lógica en los procesos de producción, la relación con los clientes y la interlocución con los mercados.

Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), crecimiento económico y actividad empresarial

Emilio Ontiveros, Daniel

Manzano e Ignacio Rodríguez

Círculo de Empresarios

La primera parte del libro analiza la relación entre las TIC y el crecimiento económico. A pesar de la actitud de algunos autores escépticos, los de este libro sostienen que no es posible "analizar los factores que contribuyen al crecimiento económico y de la productividad sin llevar a cabo un análisis diferenciado de la aportación de las TIC". Mucho se ha discutido a este respecto, y se cuentan por cientos los artículos que se han escrito sobre las razones del crecimiento de la productividad en Estados Unidos. En el año 2000, y a pesar de la desaceleración de la economía americana, el crecimiento de la productividad fue del 2,8%. ¿Es producto de la implantación tecnológica en la empresa estadounidense, y del mayor desarrollo de sus empresas en este sector?

Los autores argumentan que disponer de un sector TIC desarrollado "no es condición necesaria ni suficiente" para conseguir avances "significativos" en el crecimiento de la economía. Citan como ejemplos los casos de Australia, con una sociedad de la información muy desarrollada y escaso peso del sector TIC, o el de Japón, que es exactamente el contrario. Lo fundamental, aseguran es "la difusión de las tecnologías". De hecho, y según los autores, es "improbable que Europa alcanzara a Estados Unidos aun logrando "su mismo nivel de dotación tecnológica".

En el segundo capítulo, los autores se adentran en el mundo empresarial. Tratan de explicar la influencia de las TIC en la organización interna, la formación de los precios, la competencia, la productividad y la natalidad empresarial. En el tercer capítulo se explica cuál es el motivo de las diferencias de productividad entre las economías estadounidense y europea. Los autores son pesimistas. La simple prolongación del diferencial de productividad determinaría la "ampliación en los próximos años de su renta y riqueza relativa".

El caso español, que se explica en el cuarto capítulo, es aún más grave. El retraso en todos los aspectos que se estudien en relación con la sociedad de la información frena gravemente el crecimiento de la economía y la productividad españolas. Como bien señalan los autores, el problema no es únicamente la falta de equipamiento sino que se añaden otros como la baja formación o la escasez de personal cualificado.

La idea del libro, en fin, se resume bien en una de sus conclusiones: "A lo largo de 50 años no ha habido un consenso tan amplio y una evidencia empírica como la que hoy tenemos respecto a la contribución más que positiva de las TIC, de su dotación y difusión, al crecimiento económico y la productividad de los países desarrollados".

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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