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Reportaje:

Pueyo, la última banca con apellido

La extremeña, que sigue en las mismas manos desde el siglo XIX, expande su red a Andalucía

Banca Pueyo ha iniciado su expansión en Andalucía con la apertura de una oficina en Sevilla, que hace la número 75 de su red. En un sector marcado por las grandes fusiones bancarias y por la fuerte competencia de las cajas, la extremeña Banca Pueyo constituye un caso realmente singular en el panorama nacional al ser el único banco cuyo capital sigue controlado al 100% por una familia.

Proximidad al cliente, trato personalizado y productos sencillos son algunas de las claves del éxito de esta entidad, dirigida hoy por la tercera generación de la familia Del Pueyo, asentada en Villanueva de la Serena (Badajoz) a finales del siglo XIX.

Cerró 2003 con 2,63 millones de euros de beneficio neto, una cartera de créditos de 252 millones y unos depósitos de 342 millones
El buen estado de su balance y su cuota de mercado en Extremadura hacen que Pueyo sea un bocado apetecible para otras entidades

"Nuestra clientela abarca el más amplio sector de la vida económica y social. Es banca universal. La clientela demanda los servicios que les resuelven los problemas cotidianos, los problemas de todos los días, ninguna cosa estrambótica", explica Javier del Pueyo, director general de la Banca Pueyo. "Se trata de un ejemplo de que para prestar un buen servicio y ganar dinero en este sector no necesariamente hay que acudir a procesos de concentración.

Mayor tamaño, peor servicio

"En general hay un principio que no falla", agrega, " y es que a mayor tamaño, peor servicio. En Pueyo no somos más listos ni más inteligentes. El día que nuestra banca tenga 2.000 oficinas no seremos capaces de dar el servicio que hoy prestamos", añade este directivo, que lleva "35 años en el día a día".

En 2003, según datos de la Asociación Española de Banca (AEB), Banca Pueyo cerró sus cuentas con un beneficio neto de 2,63 millones de euros, una cartera de créditos de 252,2 millones y unos depósitos de 342 millones. De sus 75 oficinas, 70 están en Extremadura (la inmensa mayoría en poblaciones de Badajoz), una en Sevilla, tres en Madrid y una última a punto de abrirse también en la Comunidad madrileña. El banco nació en 1890 fruto de un "momento de prosperidad económica" surgido en Villanueva de la Serena al calor del comercio de la lana de oveja. Tanto el capital como la gestión han ido pasando de padres a hijos y hoy día algún miembro de la cuarta generación se está incorporando a la actividad bancaria.

Una de las singularidades de Banca Pueyo es que hasta los años ochenta era prácticamente un banco local. Tenía la oficina central en Villanueva de la Serena y la sucursal en dos localidades pacenses.

"A partir de los ochenta creamos conciencia de banco regional y nos lanzamos a hacer la expansión por Extremadura", dice Javier del Pueyo. Ahora no es que tenga conciencia de un "banco nacional", pero la mejora de las comunicaciones y la apertura económica han permitido a Banca Pueyo ampliar su red dentro y fuera de Extremadura.

"Somos únicos. Extremadura se debería sentir orgullosa de tener un banco así. Es el único en España que tiene su sede social en un pueblo". Villanueva de la Serena tiene unos 25.000 habitantes. La rápida y reciente expansión de la entidad explica la juventud del grueso de su plantilla, compuesta por unos doscientos trabajadores.

El buen estado de su balance y su cuota de mercado en Extremadura hacen que Banca Pueyo sea un bocado apetecible para otras entidades. Del Pueyo reconoce que "históricamente nunca ha faltado" ese interés, que "permanece". "No hay ofertas concretas porque no te sientas nunca a negociar, pero sí que hay ofrecimientos" por hacerse con la entidad.

Jefes y dueños

Para el futuro, y pese a la incorporación de los jóvenes de la familia al negocio, Banca Pueyo apuesta por "profesionalizar la gestión" y ceder el día a día a personas ajenas a la saga. "Antes el dueño era el jefe, y ahora el dueño es el dueño y el jefe será otra persona".

El entorno de estrechamiento de márgenes por la bajada de tipos de interés y la fuerte competencia se lo pone difícil tanto a grandes como a pequeños del sector. "La única salida es ser eficientes. Y esto se logra estando pendiente de las pequeñas cosas y dando responsabilidad a los equipos humanos y logrando que éstos asuman en toda su intensidad la cultura de empresa", comenta el director general. Como ejemplo añade que 15 años atrás era él mismo quien decidía hasta de qué color eran los bolígrafos que se tenían que comprar en el banco.

Como todas las entidades que operan en Extremadura, Pueyo está sometida desde hace dos años al impuesto sobre depósitos de entidades financieras que instauró la Junta de Extremadura con el objetivo de arraigar el ahorro en la región. A ninguna entidad le ha sentado bien tener que ceder un porcentaje de los depósitos captados. "A ningún balance le viene bien un tipo impositivo porque de entrada es un cargo. Pero seremos receptivos con lo que nos digan".

No obstante, Banca Pueyo asegura que colabora con la junta hasta sus "propios límites", y como muestra cita el convenio suscrito con el Gobierno regional para poner a disposición de iniciativas empresariales cien millones de euros.

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