Azafatas en serie

Dos gemelas, azafatas de la misma tripulación venidas a humoristas. Miles de kilómetros viajados y algunos malentendidos que dan para más de un sketch jugoso. Sometemos a Sole y Gracia Olayo, Las Veneno, a un juego de la verdad, poco antes de la representación de Vida sexual del español medio, su última criatura teatral.

Dos azafatas exactas en un mismo avión son carne de monólogo chistoso.

Sole: Más bien un foco de confusión, porque de repente un pasajero te recriminaba: le he pedido un whisky. Y tú jurabas que no, que a ti no había sido.

Gracia: Al final veían que éramos dos y concluían que a las azafatas las fabrican en serie.

Un viaje juntas: destino, móvil y circunstancias.

Sole: Norte de California, año 1985. Gracia había ligado con un italiano que conoció en Cuba y éste nos invitó a esquiar a Alpine Meadows, en Sierra Nevada, cerca del lago Tahoe. Precioso.

Gracia: El amor me llevó a California y mi hermana se vino conmigo. Lo pasamos genial, esquiando y de turismo, aunque no te podría vender Los Ángeles con argumentos sólidos, la verdad.

Trabajan juntas, viajan juntas... ¿y se siguen hablando?

Sole: Desde luego. Nos gustan las mismas cosas: conducir, ver paisajes, el campo, la montaña e ir de chuches al llegar a una ciudad nueva; esto es, comprarnos algún trapillo.

Gracia: La relación gemelar es cómoda, porque te conoces desde el útero. En los viajes sobran las palabras. Sabes si la otra está bien, mal, de acuerdo o no.

¿Cómo son sus maletas?

Sole: Mi maleta siempre va más llena que la de mi hermana, y creo que es menos anárquica. Yo es que soy madre. Y eso marca.

Gracia: Yo soy más caótica, aunque he aprendido a viajar con una bolsa de mano con tres pareos y tres bragas.

¿Qué pasa si en un viaje una de ustedes liga?

Sole: La cosa se respeta hasta las últimas inconsecuencias, pero no es que liguemos mucho...

Gracia: Pues que la otra está encantada. Vivan el amor y la emoción.