Varios testigos estrechan el cerco sobre el abogado Piqué Vidal
El juez Estevill encarceló a un empresario que se negó a pagar
Varios testigos que declararon ayer en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña inculparon de manera directa al abogado Juan Piqué Vidal en un chantaje al empresario José Felipe Bertrán de Caralt, a quien exigió más de 300.000 euros para que el juez Pascual Estevill no le encarcelase. El acusado simuló que iba a pagar, pero no lo hizo y acabó en prisión al cabo de unas semanas.
"Piqué Vidal salió del despacho del juez, me cogió por el hombro y me dijo si podíamos ingresar 50 millones de pesetas en Suiza. Yo no le respondí". El abogado Javier Arraut relató así la escena vivida en el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona el 24 de marzo de 1993, cuando el juez Luis Pascual Estevill ordenó siete detenciones por una red de facturas falsas y él acudió a interesarse por su cliente, el empresario José Felipe Bertrán de Caralt. El que entonces estaba considerado uno de los hombres más ricos de España y cuya familia era la propietaria de la cementera Asland no fue arrestado porque la policía no le encontró en su domicilio, pero pronto entendió que su libertad tenía un precio, según dijeron los testigos.
"Al día siguiente de esas detenciones ya supimos que el juez se podía comprar", declaró Felipe Bertrán, hijo del empresario, quien recordó que, además del primer pago, Piqué Vidal exigió otros 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros). El empresario y el abogado decidieron simular que accedían a la extorsión, aunque no tenían ninguna intención de hacerlo. "Bertrán de Caralt me dijo que era un asqueroso chantaje, que no íbamos a pagar y que el juez no sería capaz de encarcelarlo", declaró Arraut. La primera vez les salió bien y cuando el 26 de marzo de 1993 el juez tomó declaración al empresario, le dejó en libertad. Pero a la segunda, el 8 de junio del mismo año, Bertrán de Caralt acabó en la cárcel. "El juez ya me había dicho que le transmitiera a mi cliente que lo iba a encarcelar", recordó ayer el abogado.
Actuación conjunta
"El caso estaba en secreto de sumario, pero Piqué Vidal conocía muchos detalles y me advirtió que el teléfono de mi cliente estaba intervenido", matizó el abogado, en concordancia con la tesis de la fiscalía de que el juez y el conocido abogado penalista actuaban conjuntados para extorsionar a los empresarios a los que investigaba el primero. En el caso de Bertrán de Caralt, además, se da la circunstancia de que Estevill había sido su abogado antes de acceder a la judicatura.
El empresario era consciente de que, tras la segunda declaración, acabaría en la cárcel y la noche que acudió al juzgado lo hizo con una bolsa que contenía ropa de recambio y útiles de aseo. En 1996, el Tribunal Supremo le condenó a cuatro años de cárcel por delito fiscal junto a otras personas. "Nunca tuvimos la intención de comprar al juez y la prueba es que ni cogimos a Piqué como abogado ni pagamos", declaró el hijo del empresario.
Piqué Vidal ofreció una versión muy distinta hace días y dijo que Bertrán de Caralt quiso contratarlo a él y que se negó porque para entonces ya estaba enemistado con el juez.
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