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EL XV CONGRESO DEL PP

Fraga esgrime ante los críticos del partido la amenaza de convocar elecciones

El presidente de la Xunta avisa a sus colaboradores de que es él quien "gestiona la crisis"

El presidente de la Xunta de Galicia y del Partido Popular gallego, Manuel Fraga, esgrimió ayer abiertamente la amenaza de convocar elecciones autonómicas anticipadas si no cesa la rebelión de un sector de su partido, que encabeza el presidente del PP de Ourense, José Luis Baltar. Fraga, que retornó a la actividad pública tras dos días de baja por una gastroenteritis, insistió en que su previsión inmediata no es llamar a los gallegos a las urnas, pero matizó: "Lo que sí es cierto es que yo no abrí ninguna crisis, y los que la abrieron deben saber que existe también esa posibilidad".

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El líder del PP de Ourense, José Luis Baltar, quien la pasada semana anunció a Fraga su propósito de abandonar el partido, ha rebajado la tensión y se muestra más proclive a un acuerdo, según fuentes de su sector.

Tras día y medio de reposo en su residencia oficial, Fraga reapareció ayer para presidir la reunión semanal de su Gobierno y comparecer luego ante la prensa. Mientras duró su descanso, el presidente de la Xunta había recibido señales de distensión desde el sector crítico, acompañadas de una creciente beligerancia entre los fieles a la dirección nacional del partido como su consejero de Pesca, Enrique López Veiga, quien llegó a acusar a los rebeldes de "enriquecerse en paralelo a la política".

López Veiga se mostró ayer dispuesto a explicar estas afirmaciones en el Parlamento autonómico, como le han pedido los socialistas, pero Fraga, tras alabar su trabajo en el Gobierno, le avisó: "La gestión de la crisis, como es natural, le corresponde al presidente fundador del partido".

Posibilidad abierta

El jefe del Ejecutivo gallego, quien reveló que había hablado por teléfono con el líder del PP, Mariano Rajoy, aseguró que su repentina inclusión como miembro de la Diputación Permanente del Parlamento gallego, único modo de conservar su condición de diputado en caso de que disolviera la Cámara, no se debe interpretar como un presagio de la inmediata convocatoria de elecciones. Fraga sostuvo que "no hay propuesto ningún adelanto electoral", pero de inmediato precisó que tampoco lo excluye y, por primera vez de modo público, se dirigió sin rodeos a los que "abrieron la crisis" para recordarles que "existe también esa posibilidad".

La advertencia de Fraga recibió duras críticas del líder del PSdeG-PSOE, Emilio Pérez Touri-ño, quien le acusó de "faltar al respeto a las instituciones y a los gallegos" por "emplear el adelanto electoral como arma de coacción dentro de su partido". El otro líder de la oposición, el nacionalista Anxo Quintana (BNG), defiende la convocatoria inmediata de elecciones para poner fin a la "comedia macabra" de la crisis del Partido Popular y relevar a un presidente "al que ya no respeta ni su propio partido".

Según distintas fuentes de la Xunta y del PP gallego, Fraga sólo utilizaría la disolución del Parlamento como un recurso extremo, ya que considera que acudir a las urnas con la crisis interna en caliente supondría un enorme riesgo para él. El presidente gallego confía aún en llegar a un acuerdo con el grupo de Baltar, después de que éste diese por "aplazada" su amenaza de escisión.

Miembros de la dirección nacional del PP, sin embargo, insistieron ayer en que la convocatoria de elecciones anticipadas es una de las salidas a la crisis que se están meditando. Según estas fuentes, aunque el equipo de Rajoy es consciente de que "para ganar elecciones" se necesita llegar a acuerdos con los críticos dentro del partido, "todo tiene un límite". El líder del PP, en todo caso, no tomará medidas hasta que concluya, este fin de semana, el congreso que le designará presidente del partido con todos los poderes.

Congreso del PP

Los críticos también están a la espera de que termine el congreso para reanudar las negociaciones con Fraga. Baltar y su más estrecho aliado, el ex secretario general del PP gallego, Xosé Cuiña, aún no han comunicado si asistirán al cónclave del partido, en el que ambos son compromisarios.

Cuiña, que es además miembro de la ejecutiva saliente, apareció por sorpresa en medio de la crisis, el pasado lunes, para acompañar a Baltar a una entrevista con Fraga en la que el líder del PP de Ourense aceptó prolongar las negociaciones tras expirar el plazo establecido por él mismo antes de anunciar su abandono del partido.

Dirigentes del sector oficial han señalado reiteradamente a Cuiña como instigador de la crisis, pero éste se presentó ante Fraga como un "mediador", según explicó ayer el presidente. Fuentes próximas a Baltar señalan que el dirigente orensano es ahora más proclive a un acuerdo si recibe garantías de que se respetará su autonomía territorial, aunque le ha expresado dudas a sus colaboradores sobre el "margen de maniobra" de Fraga.

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, durante la rueda de prensa.
El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, durante la rueda de prensa.EFE

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