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Urkiza "juega" con lo digital y lo analógico en su último trabajo

El artista expone sus 'Entropías' hasta el 23 de octubre en la sala de BilbaoArte

El artista Alberto Urkiza (Getxo, 1963) reúne ocho acrílicos y seis dibujos sobre papel en la sala de exposiciones de BilbaoArte, bajo el nombre de Entropías. Este trabajo, que estará hasta el 23 de octubre, refleja una labor de investigación que ha llevado a Urkiza desde el mundo de los ordenadores al de la pintura, en un juego con el espectador, un "engaño" que provoca un acercamiento al lienzo para comprobar la textura.

La exposición de Alberto Urkiza en BilbaoArte (Urrazurrutia, 32) se inicia con la definición de la palabra entropía en tres paneles, en euskera, castellano e inglés. "Entropía: Concepto derivado de la teoría de la termodinámica que designa el nivel de desorden de los sistemas cerrados. Se llega a la entropía total cuando un sistema se desintegra en el caos. Por analogía, entropía indica el valor informativo de una noticia. En este caso, la entropía total sería un ruido de fondo carente de sentido", indica el panel.

Y eso, dice Urkiza, es lo que ha investigado en su trabajo, que "por muy atado que tengas todo siempre hay algo que interviene". "Lo interpreto como la sociedad actual, en la que todo va muy deprisa, a velocidad de vértigo, y eso propicia la entropía", comenta.

La exposición se compone de ocho cuadros realizados en acrílico, siete de ellos de gran formato, que muestran recorridos verticales de color, a modo de fragmentos de arco-iris. Además, se presentan seis dibujos, de tinta sobre papel, en los que prima el negro y refieren al arte oriental y al grabado. La mayoría, "el 95%", han sido realizados en este año.

"Estoy interesado por el trabajo del arte oriental, en cuanto a su planteamiento de sacar de dentro, no como el pintor occidental que tiende a la mímesis, a reflejar la naturaleza", indica Urkiza. Su labor como pintor comienza en la naturaleza, ante el mar, un campo o en la montaña, mirando, oliendo, sintiendo. "Una vez con todo eso dentro, regreso al estudio y se produce el proceso inverso, el de sacar de dentro", apunta.

"Un guiño"

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En ese proceso es cuando interviene su "guiño a lo analógico y lo digital". Urkiza, que comenzó como pintor para, después de un curso de diseño gráfico en 1996, variar sus planteamientos, refleja en sus cuadros un mundo de códigos de barras, de gráficos, más propio de los artistas digitales. "Me nutro de imágenes tecnológicas", reconoce. Sin embargo, sus materiales son clásicos, orgánicos, pintura y lienzo, papel y tinta. Eso lleva al espectador a un acercamiento máximo al cuadro para comprobar las texturas, la técnica.

"A pesar de todos los programas de diseño, se sigue utilizando lo que se ha usado hasta ahora: la goma de borrar, el cutter, el lápiz, el pincel, pero con otro soporte, el digital", explica Urkiza, que asegura que ha investigado mucho "a nivel instrumental" hasta llegar al trabajo que ahora presenta. "Me considero un investigador, no me han interesado los procesos cerrados, sino los imprevistos. Ver qué sucede".

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