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PSOE e IU piden a Aguirre y al alcalde que pacten el trazado del tren por Sanchinarro

Trinidad Jiménez, portavoz municipal del PSOE, e Inés Sabanés, de IU, coincidieron ayer en que la presidenta del Gobierno regional, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, deben acordar el trazado del tren ligero proyectado por la Comunidad a su paso por el nuevo barrio de Sanchinarro.

El Ayuntamiento se opone a que el tren ligero de la nueva línea Pinar de Chamartín-Sanchinarro discurra dos kilómetros en superficie y exige a la Comunidad que lo soterre en un túnel para evitar que sea "una herida" en la epidermis urbana. Sin embargo, el consejero de Transportes, Francisco Granados, considera que hacerlo así desvirtuaría ese sistema de desplazamiento y le quitaría "la gracia". Estas discrepancias podrían dar origen a un nuevo enfrentamiento entre ambas administraciones.

"Es una auténtica sinrazón que un proyecto que tiene tanto que ver con la ciudad se haga sin acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad. Yo, que soy municipalista, reclamo la mayor de las competencias para Madrid", sostiene Sabanés. "Esto prueba que el PP es un auténtico desastre y que Gallardón y Aguirre están librando su particular batalla a costa de los madrileños, que no nos podemos permitir esta bronca continua", agregó.

Indignación

Por su parte, la socialista Jiménez opina: "Estoy indignada. Es increíble que una decisión de este tipo se discuta a través de la prensa, y no en las instituciones y con la participación de todos los partidos y los grupos sociales. Gallardón y Aguirre no hacen el más mínimo esfuerzo por entenderse. Lo razonable hubiera sido que la Comunidad hubiera llevado el proyecto al Consorcio Regional de Transportes".

Jiménez y Sabanés coinciden en que es difícil pronunciarse a favor o en contra del tren ligero en superficie por Sanchinarro, teniendo en cuenta que ambas no tienen los detalles del proyecto. Pero Sabanés, en principio, está a favor de que haya modernos tranvías en superficie, ya que "sirven como elemento de disuasión y como barrera para los vehículos privados". La socialista Jiménez tampoco se opone a este sistema de transporte, excepto cuando esté plenamente acreditado que supone un fuerte impacto medioambiental.

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Las autoridades municipales consideran que, de ir en superficie, vulneraría el Plan General de Urbanismo, el trazado arrasaría más de 11.000 metros cuadrados de zona verde, y causaría molestias de ruido a los vecinos, al discurrir el tren a sólo 15 metros de las viviendas. Las alegaciones del Ayuntamiento, que formulará antes del 10 de octubre, pueden originar un nuevo enfrentamiento con el Ejecutivo regional.

La nueva línea planeada por el Gobierno autónomo que preside Esperanza Aguirre discurre tres kilómetros bajo tierra y otros dos en superficie por el término municipal de Madrid.

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