Acuerdos
La Cumbre contra el Hambre celebrada hace unos días ha buscado formulas para hacer cumplir los acuerdos adoptados hace tiempo por las Naciones Unidas. En 2000 numerosos países firmaron la Declaración del Milenio para reducir la pobreza, propiciar la enseñanza primaria, la igualdad entre hombres y mujeres, detener las epidemias y garantizar el desarrollo sostenible. Ya en 1970 Naciones Unidas había acordado que los países firmantes destinarían el 0,7% de su producto interior bruto como ayuda al desarrollo.
El gran retraso en esta aportación hizo que Paul Kennedy, titular de la cátedra Dilworth de la Universidad de Yale, y autor entre otros trabajos de Auge y caída de las grandes potencias se refiriera a ello como el escándalo de la pobreza mundial. El vídeo rodado por Javier Bardem, para Médicos Sin Fronteras, sobre la epidemia de los niños enfermos de meningitis, "invisibles" para algunos países desarrollados, o la más reciente catástrofe de Haití, deberían ser suficientemente explicativo para los indecisos.
El compromiso fue también suscrito por España, pero en 2001 la cifra alcanzada era sólo del 0,3%, mientras que en 2002 todavía bajamos al 0,25%. Ello quiere decir que de cada 100 euros que gastamos, solamente destinamos al tercer mundo 25 céntimos. Es decir una pequeña cifra impropia de un país que pugna por codearse con los países ricos. Cada vez más ricos pero también menos solidarios. Estados Unidos, último clasificado, apenas alcanza el 0,1%, y que emplea en Irak, según el economista de la Universidad de Harvard, Jeffrey Sachs. La actual situación de confrontación mundial se favorece con la negación de hechos comprobados mientras se insiste en mentiras evidentes.
En la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Financiación del Desarrollo celebrada en Monterrey, la Unión Europea adoptó el acuerdo de alcanzar gradualmente el porcentaje fijado partiendo de la circunstancia de que sólo Suecia, Noruega, Dinamarca, Luxemburgo y Países Bajos cumplía con el mismo. Leire Pajín, secretaria de Estado para la Cooperación Internacional apuntaba hace unas fechas el compromiso del Gobierno español de doblar el porcentaje actual, alcanzando el 0,5% en la presente legislatura, lo que ha confirmado Rodríguez Zapatero en la Cumbre citada.
Hoy en día las posibilidades de contribuir pasan también por las Comunidades autónomas y Ayuntamientos. Baleares, Navarra y Euskadi alcanzaron ya el 0,7% de su aportación presupuestaria, mientras municipios como Madrid, Lleida y Pamplona también lo hicieron de forma independiente no subsidiaria de la responsabilidad del Estado. Incluso Vitoria y Burgos llegaron al 1%, conscientes del bajo porcentaje de que se trata.
El compromiso deportivo de la Copa del América va a ir acompañado de todas las obras públicas necesarias y de la participación de las diversas administraciones e instituciones para llevarlo a cabo. Igualmente debería irlo el compromiso social para cumplir en ese año con la correspondiente aportación municipal y autonómica. En la actualidad numerosas entidades y ciudadanos apoyan la idea.
De la misma manera que está previsto que la UE cumpla con el compromiso adquirido y que España alcance en esta legislatura el doble de su aportación actual, Valencia podría aprovechar la oportunidad del 2007 para acordar su participación del 0,7 en la lucha contra la pobreza, y con ello la inmigración clandestina y la guerra ilegal.
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