A pesar de todo
Con éste son 13 los libros de poemas que Jesús Munárriz (San Sebastián, 1940) ha publicado hasta la fecha si incluimos en la cuenta, además de la edición no venal de las cuartetas de Nada más que la verdad (1998), la recopilación de canciones que escribió en su época de cantautor recogidas en De viva voz. Canciones (2002), donde el lector atento y el nostálgico descubrirá o reconocerá, según el caso, algunas de las más famosas letras de nuestra historia reciente, incluida la famosa sintonía que ha acompañado durante años programas sobre libros. Entre otras muchas cosas inteligentes, Ángela Vallvey nos dice en Peaje del alba (Hiperión, 2000), una antología de la obra poética de Munárriz entre 1972 y 2000 de la que es responsable, que más allá de ensoñaciones mundanas y no tan mundanas, nuestro poeta pronto se dio cuenta "de que incluso la ensoñación poética ocurre a flor de piel, a flor de tierra y de versos que no se deben llevar tan fácilmente el viento". Habría que añadir, a tenor del título de este último libro, que también ocurren a flor de tiempo.
FLORES DEL TIEMPO
Jesús Munárriz
Point de Lunettes
Sevilla, 2004
128 páginas. 19 euros
Seguro en sus fidelidades,
donde se incluye a sí mismo, Munárriz viene a decirnos en Flores del tiempo, que la poesía es un arte y un oficio que permanece más allá de las cronologías, que perdura en sus emociones y sentimientos incluso rescatando lo perdido, que aunque conscientes de estar de paso, "No nos sintamos muertos mientras estemos vivos. / Cada minuto cuenta. Todos pueden llevarnos / hasta nosotros mismos", como dicen los tres versos finales de ese vivido poema que es Malgré tout. La variedad de temas e intenciones que caracteriza su escritura encuentra de nuevo vuelo en las seis partes en que se divide este poemario, pues como nos anticipa el que abre este intenso libro, "Todo es señal, todo se nos revela. / Tratemos de entender". Y de todo hay aquí: acción y libres señales, sentimientos elementales, personajes y homenajes, humor y sátira, anécdotas y sarcasmos, odas y elegías, ternura, memoria y nostalgia, amor y muerte, la poesía misma, cultura e historia, viajes y mundo, y la contemporaneidad más civil y política, pero todo lleno de una claridad e inteligibilidad que es marca de la casa, pues así es como "Sin hacerse notar, / alguien desde la linde toma nota y admira".
Munárriz transforma en versos el mundo real que habitamos, igual que esa piedra que da título a otro de sus poemas, y que aguarda seguir su viaje "sin más pasión que la gravitatoria, / sin otro afán que el de poder rodar". Y de entre los muchos asombros y varios reconocimientos que dan altura por momentos a este libro nuevo y eficaz que se mueve entre lo público y lo privado, quizá entre los mejores de los suyos, perdurarán en el tiempo poemas como el acariciante Frente al vacío, que ante la pérdida y la muerte proclama que "La lucidez no es nada sin sonrisa. / Nos salva la alegría, la esperanza / de ser, aun siendo muerte, siempre vida"; el ya publicado con anterioridad A la manera persa, largo e inolvidable homenaje a Omar Jayyam, y pieza central del libro; Goya, tan bello como carnal; las sextinas que integran, en prueba de su maestría formal, por un lado Sextina colombina y por otro Los peces en el río; y esa Oración descreída ante el sufrimiento que da fin a un despojado y comprometido libro que "como una flor se abre / de vida breve". Poesía vital con todo lo que ello implica, que pone en claro, con "emoción, / precisión, / oficio / y arte", que a veces hay cosas que acaso no se entienden si no se ponen en verso.
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