Cansancio de los militantes populares
Mucho me he pensado si escribir estas líneas o mantenerme al margen, como he hecho desde el verano de 2003. En numerosas ocasiones me han preguntado el porqué de mi salida del Partido Popular (PP) de Almería.
Lo que está ocurriendo estos días en el seno del PP de Almería, es lo mismo que nos llevó a cuatro concejales de la capital a abandonar sus filas. No es nada más que cansancio. Cansancio de que no se escuche desde hace muchos años a los afiliados, cansancio de que cuando te oyen (que no escuchan) te mienten. Cansancio de que siempre los mismos estén en los mismos sitios sin hacer lo suficiente por Almería. Cansancio de que cuando hacen algo siempre es con su interés personal por delante, y cansancio de tener que luchar más contra los miembros de tu partido que contra la oposición.
Los integradores piden algo sumamente justo. Saben como las gastan los que han tenido el poder todos estos largos años, por lo que lo único que piden es una gestora paritaria cuyo principal objetivo sea la celebración del congreso provincial, y que hasta entonces no haya ningún sobresalto, como expulsiones, ya que según los últimos mensajes enviados por la dirección a la prensa, no les importa expulsar a quien haga falta, para poder quedarse los oligarcas de siempre con el poder provincial. Siempre lo han hecho, quitarse de en medio a todo aquel que les pueda hacer sombra.
A Javier Arenas ya lo conocemos. Es el principal responsable de todo. Siendo presidente regional, se tiene que ser imparcial, no se puede actuar de otra forma, y él reiteradamente vuelve a tomar partido. No entiendo el motivo, si no es el de mantener su cuota de poder en Andalucía, sin conseguir entender que el que se le apoye debería depender de su trabajo y no de quién se pone digitalmente al frente de los partidos provinciales. No entiendo el miedo porque salga el presidente provincial que salga, éste siempre va a apoyar a su vez al presidente regional. No tiene sentido lo contrario y, como responsable regional, no hay más que ayudar en todo lo posible al responsable provincial. De esta manera se ayuda a todos los ciudadanos de la provincia. Si esta actitud de trabajo no se da en las direcciones provinciales es sólo porque ven que tampoco se da en la dirección regional.
A su vez utiliza un argumento ya cansino, para los que hemos estado mucho tiempo en el PP. Igual que la izquierda vende algo que saben que no es verdad cuando electoralmente les interesa, que todos los del PP estamos demasiado a la derecha. A la dirección regional del PP les interesa vender que sólo ellos son el centro político. Javier Arenas se ha referido a esto como que "no sacrificará el proyecto centrista del PP, por intereses particulares". Esto cae por su propio peso: de su lado se han ido personal tan poco sospechosas de conservadurismo como Manolo Pimentel o Amalia Gómez. Auténticos representantes del liberalismo y centrismo que caracterizó la primera legislatura de Aznar, no siendo así la segunda, que se dejó llevar por el ala más conservadora de sus aduladores personales, dejando a un lado, en importantes cuestiones, a auténticas cabezas pensantes del liberalismo español, léase Cristóbal Montoro o Rodrigo Rato. Otro ejemplo lo tenemos en el terriblemente preocupante caso de Teófila Martínez, alcaldesa más votada de España, y que cuando intenta cumplir con los andaluces fracasa por tener permanentemente desde que fue presidenta regional la sombra de Javier Arenas sobre ella.
Aquí el que más va a salir perdiendo es, sin duda, Gabriel Amat. Un buen alcalde que no tiene que demostrar nada, pues ya en su ciudad ha demostrado su buen hacer, pero creo que está cayendo en otra trampa de Javier Arenas: poner a alguien con el perfil y el currículo perfecto al frente de sus desaguisados. Lo ha hecho con Zoido, juez, con una más que aceptable trayectoria como delegado del Gobierno en Andalucía, no muy conocido dentro del partido, lo nombra secretario general, es decir, apaga-fuegos-general del PP de Andalucía, seguro que lo haría mejor si el pirómano no estuviera en la presidencia.
Veo la situación actual del PP de Almería de la siguiente manera: los de siempre siguen donde siempre y no quieren dejarlo. Se trata de un partido oligárquico. La actual dirección quiere el poder porque sí y lo antes posible. Los bien llamados integradores quieren que se les deje en paz hasta el congreso y que gane el mejor.
Pedro Pablo Ruiz Requena ha sido concejal del PP en Almería con Juan Megino como alcalde.
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