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Ibarretxe afirma que aún "no se ha abierto la puerta de la reconciliación" en el País Vasco

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, reconoció ayer, en la apertura de una jornada en la que se evaluó la acción municipal en materia de defensa de derechos humanos y de amparo a víctimas y amenazados por el terrorismo, que en Euskadi "aún no se ha abierto la puerta de la reconciliación". Ibarretxe realizó esa afirmación al comienzo de la jornada "Pluralismo y Convivencia", organizada por la Asociación de Municipios Vascos (Eudel), ante un centenar aproximado de alcaldes y concejales, en su mayoría nacionalistas, a los que instó a "no descansar mientras haya una sola persona amenazada".

El acto se celebraba en un contexto de nueva ruptura del consenso alcanzado hace un año entre las fuerzas políticas en el Parlamento autonómico en relación con las víctimas del terrorismo y cuando las relaciones de éstas con el Gobierno vasco se ven de nuevo enrarecidas.

El Ejecutivo de Ibarretxe excluyó recientemente a Covite, la asociación que agrupa a la mayoría de las víctimas de ETA en Euskadi, de sus ayudas económicas y éstas rechazaron un homenaje por considerar que el lehendakari pretendía instrumentalizarlas. Ayer, Ibarretxe pidió que no se vuelva a "épocas pasadas", cuando, dijo, "se quisieron confundir los compromisos políticos con los éticos", y se ligaron "determinadas ideas con la violencia".

Pocas iniciativas

La reflexión tenía lugar casi dos años y medio después de la Declaración Cívica de Eudel, una iniciativa unitaria acordada el 3 mayo de 2002, que suscribieron la mayoría de los ayuntamientos. Otra cosa ha sido su aportación práctica, ya que las iniciativas han sido escasas.

Muy pocos de los 250 ayuntamientos vascos, en su mayoría con alcaldes del PNV, han constituido los comprometidos foros y plataformas cívicas de apoyo a los amenazados, que debían integrar al movimiento asociativo de cada municipio y que en su día se destacaron como el principal activo de la Declaración.

Un número monográfico de la revista de Eudel dado a conocer ayer, cita a 19 ayuntamientos como impulsores de alguna medida y de ellas muy pocas han sido de reconocimiento directo a las víctimas de cada localidad o de apoyo a personas o colectivos amenazados.

La mayoría no ha sobrepasado los programas de tipo educativo, con la organización de ludotecas, exposiciones o talleres de juego para fomentar una cultura de paz. "Seguramente hemos hecho menos de lo que deberíamos", admitió también el presidente de la asociación vasca de Municipios, Eudel, Karmelo Sáinz de la Maza (PNV). El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), que ejercía de anfitrión en su ciudad, donde se ha erigido un monumento a las víctimas, resaltó su "admiración profunda" por quienes "exponen su vida para que en ésta tierra haya un día convivencia y libertad".

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