La fiscal acusa al cazador de Tolox de disparar de forma cobarde y racista
La defensa alega que el análisis de los cartuchos exculpa a Sebastián
"Soy inocente. No he disparado nunca a nadie y se está cometiendo una injusticia". Sebastián Rojas añadió estas frases en su defensa antes de que quedara visto para sentencia el juicio por disparar varias veces y sin motivo a un marroquí. La defensa sostuvo ayer que se han hecho una mala instrucción y que se abandonaron demasiado pronto otras líneas de investigación. La fiscal acusó al cazador de disparar de forma cobarde y racista
Durante los dos primeros días del juicio, Sebastián Rojas, acusado de disparar dos veces contra un marroquí y burlarse de él junto a otros dos hombres, se mantuvo frío. Durante la última jornada, celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Málaga, salió de la sala visiblemente emocionado.
"Hemos solicitado una gran cantidad de pruebas porque creemos en su inocencia y teníamos la certeza de que iban a dar un resultado positivo", afirmó Mario Ruiz, el abogado de Sebastián. El letrado hizo una exposición de más de 45 minutos en la que aseguró que pruebas, como que los cartuchos hallados en la zona puedan ser de un fabricante distinto a los que tenía Sebastián o que no tuvieran huellas, no demuestran la culpabilidad de su defendido. El abogado subrayó que la Guardia Civil descartó demasiado pronto otras líneas de investigación, una de ellas tras realizar los agentes sólo dos llamadas de teléfono. Además insistió en que hay dos personas libres -insinuó que una podría haber participado y la otra estaría encubriendo- que no se están buscando porque la investigación está cerrada.
La fiscal solicitó una pena de 14 años por asesinato en grado de tentativa que consideró "alevoso, cobarde, por la espalda y con motivos racistas". La acusación particular elevó la petición a 18 años.Después de la declaración de una veintena de testigos, entre los que había amigos, familiares, guardias civiles, médicos e incluso un guardia forestal, la fiscal destacó cuatro contradicciones en el testimonio del cazador de Tolox. Éste afirmó en la primera sesión que no usaba la escopeta desde 1996 mientras el análisis del arma subraya que podría haberla utilizado; los agentes que testificaron no encontraron polvo y telarañas en el arma, como él señaló; y encontraron postas en su canana, una munición que Sebastián aseguró que no utilizaba.
Además, un amigo del cazador testificó que le había acompañado la tarde de los hechos -algo que según la fiscal puede calificarse como falso testimonio en favor del reo- cuando el acusado siempre ha mantenido que aquel día estaba solo. Al igual que la acusación particular, la fiscal incidió en que la víctima reconoció a Sebastián en cuatro ocasiones. Cuando el letrado reiteraba la falta de coartada de Sebastián, su hermana le interrumpió y gritó: "¡Dijo lo que hizo porque no tenía nada que ocultar! ¡El delincuente está en el pueblo!".
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