Los trabajadores de Izar en Cádiz bloquean la bahía con tres cortes de carretera consecutivos

Más de dos mil personas se echaron ayer a la calle en la Bahía de Cádiz durante la jornada de paro general del sector naval. Los incidentes más graves ocurrieron en el puente José León de Carranza, uno de los dos únicos accesos a la capital gaditana, donde se enfrentaron los trabajadores de Puerto Real y la policía. En San Fernando, los operarios cortaron la autovía CA-33 y la vía del tren, y en Cádiz, se manifestaron en la avenida Juan Carlos I. En esta ocasión, las protestas no fueron simultáneas, por lo que el caos de tráfico fue menor que en la convocatoria conjunta de la semana pasada.

Los más madrugadores fueron los empleados de San Fernando que, ni siquiera, llegaron a entrar en la factoría a primera hora de la mañana. Cuando estaba amaneciendo, minutos después de las 7.00, un millar de personas ocupó la autovía CA-33, que une este municipio con Cádiz y Chiclana, a la altura del polígono industrial de Tres Caminos. Allí quemaron algunas barricadas, entre ellos, un generador eléctrico que, al calentarse, provocó una pequeña explosión, que no causó heridos. Los bomberos tuvieron que intervenir para apagar el fuego.

El presidente del comité, Francisco Fernández Lucas, afirmó que "es necesario que sigamos en la calle para recordarle al Gobierno que no puede jugar con nosotros. Que tenga claro que no estamos dispuestos a permitir el cierre de esta factoría". Los trabajadores isleños se retiraron de la carretera poco después de las 9.00. A esa hora salieron a la calle los empleados del astillero de la capital. Unas 500 personas, toda la plantilla, marcharon en manifestación pacífica hasta la Avenida Juan Carlos I, que quedó cortada al tráfico durante dos horas. El presidente del comité gaditano, Jesús Gargallo, instó al Ejecutivo a que "demuestre la sensibilidad social de la que siempre presume" para retirar los planes iniciales de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

A las 10.30, cuando la Guardia Civil ya había restablecido el tráfico en la CA-33, unos mil trabajadores de Puerto Real salieron de su factoría para ocupar el puente Carranza. Algunos encapuchados arrojaron sobre la calzada grandes estructuras de madera, neumáticos y matorrales para formar unas barricadas, a las que prendieron fuego. Varios empleados arrancaron una farola y dañaron las vallas de la carretera.

Otros manifestantes avanzaron sobre el tablero del puente hacia la torre de control, que estaba siendo protegida por la policía. Los trabajadores lanzaron tuercas y rodamientos metálicos, mientras los agentes respondían con pelotas de goma y botes de humo. Dos policías fueron alcanzados por los objetos que tiraban los empleados y varios trabajadores quedaron afectados por los gases de los instrumentos antidisturbios. Los operarios de Puerto Real se retiraron antes de las 12:30 pero el puente no pudo ser abierto hasta dos horas después, tiempo que tardaron los operarios de tráfico en limpiar la carretera.