Los expertos apelan a la prevención para frenar la violencia juvenil

Los índices de violencia en España son relativamente bajos, comparados con el resto de países europeos, pero no dejan de crecer. Especialistas reunidos en Valencia destacaron ayer la importancia de la prevención desde el mayor número de ámbitos posible -la familia, la escuela y el entorno social-, así como la coordinación entre los distintos enfoques, para combatir la violencia juvenil antes de que aparezca.

"Hay que invertir ya en niños de un año para evitar que cuando tengan 12 o 13 cometan actos delictivos o violentos", afirmó el profesor de Teoría de la Educación de la Universitat de València Vicente Garrido, coordinador de las jornadas Métodos eficaces para prevenir la violencia juvenil que se celebran en la sede de Valencia de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. Garrido apuntó a la necesidad de afrontar políticas sociales prolongadas en el tiempo y de inversiones de futuro, "porque no hay ninguna solución mágica que acabe con la violencia juvenil en tres meses". Se trataría de coordinar los recursos asistenciales educativos, policiales, legales, asistenciales y de todo tipo para analizar por barrios, distritos o ciudades las necesidades y hacerles frente desde un enfoque lo más variado posible. Los costes de estas actuaciones "son ínfimos comparados con los beneficios económicos y sociales que pueden dar al cabo de los años".

En la jornada de ayer, el profesor del Instituto de Criminología de la universidad de Cambridge (Reino Unido) David Farrington explicó que invirtiendo 1.000 dólares por niño se podrían ahorrar los dos millones de dólares que le cuesta a la sociedad ese niño convertido ya en un delincuente, teniendo en cuenta los gastos de actuaciones policiales, juicios, internamientos o reinserción. Farrington subrayó que la prevención de este tipo de conductas "debe partir de la localización precoz de los focos de riesgo, así como de los factores de protección para identificar y desarrollar técnicas para intervenir en su solución", aunque la postura de la familia es "fundamental" a la hora de educar al chaval.