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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Dolly Rathebe, reina del jazz surafricano

En su país era conocida como "la reina del jazz". Dolly Rathebe falleció el pasado jueves, 16 de septiembre, en el hospital Ga-Rankuwa de Pretoria, víctima de un derrame cerebral. La noticia del fallecimiento de la cantante, actriz y ex pin-up girl, de 74 años, ha conmocionado a la nación. Su presidente, Nelson Mandela, reconocido seguidor de Rathebe, apuesta por la continuidad de su legado, a la muerte de la artista: confío en que los surafricanos tomen el relevo donde Dolly lo dejó.

Dolly Rathebe estaba considerada como el mayor mito viviente del marabi-jazz, también llamado mbomela-swing, género de música que combina el jazz norteamericano con las armonías y la estructura de la música tradicional xhosa y que conoció su apogeo al tiempo que, en el país, se afianza el sistema de apartheid, como una forma de reacción al mismo. Rathebe pertenecía al círculo selecto de las shebeen queens, las reinas de la canción y del jazz, modeladas a imagen y semejanza de las grandes cantantes de jazz norteamericanas, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan y Carmen McRae. Con su voz expresiva y una figura escultural, Dolly fue la primera de todas ellas. Su legado se hace perceptible en quienes siguieron tras sus pasos, Dorothy Masaka, nacida en Zimbabue, y Miriam Makeba, la más popular de todas las cantantes de marabi de la historia.

Su papel de cantante de cabaret en el filme Jim comes to Jo'burg, de 1948, le valió a Rathebe una popularidad que afianzaría en años sucesivos, tanto en la gran pantalla como por los numerosos discos que grabó junto a The Elite Swingers, la orquesta de jazz en activo más antigua del país. El ataque sufrido por parte de un seguidor fanático puso fin a su carrera. Durante más de dos décadas, Rathebe cantó exclusivamente para los clientes de su propio restaurante, en Cape Town. Su regreso a los grandes escenarios no tuvo lugar hasta los años noventa, tras ser rescatada por la industria musical. Sus antiguos discos fueron reeditados en CD y la propia vocalista actuó con cierta asiduidad, en los festivales de jazz y marabi, en su país y en los principales certámenes musicales de Europa. Firme luchadora antiapartheid, dedicó una de sus interpretaciones más celebradas, A call for a peace, a la unión entre los distintos pueblos de Suráfrica en defensa de sus derechos.

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