Conflicto médico por Motta

Thiago Motta, el jugador del Barcelona, debe pasar por el quirófano y la decisión sobre el doctor que le opere ha generado una guerra de bisturís. La visita del jugador a la consulta de Ramón Cugat, doctor especialista en lesiones de rodilla y jefe de los servicios médicos del Espanyol, ha sentado fatal al cuerpo médico azulgrana, que considera "una intromisión poco ética" la de su colega. Jordi Ardévol, responsable del área médica del Barcelona, confirmó ayer que el club tratará de impedir que Cugat opere al centrocampista si al final éste decide -aún no la hecho- ponerse en sus manos en el quirófano.

Motta abandonó en camilla el Camp Nou el pasado sábado a los tres minutos del partido Barcelona-Sevilla y las exploraciones que se le practicaron de inmediato confirmaron la rotura del ligamento cruzado anterior y del lateral interno, quizás, una de las lesiones más graves de cuantas pueda afectar a la rodilla de un futbolista. Abocado irremediablemente a pasar por el quirófano, Motta ha visto truncadas todas las esperanzas que tenía depositadas en esta temporada al estimarse su periodo de recuperación en seis meses. Por derecho, el jugador puede escoger el cirujano que le opere y los servicios medicos del Barcelona, temiéndose que apueste por Ramón Cugat, ya le han ofrecido la alternativa de recurrir a los servicios propios del club, o bien acudir la consulta externa del doctor Jaume Vilaró, que intervino a Xavi la pasada campaña de una lesión en el hombro.

Motta siguió el consejo del Barcelona y visitó el pasado lunes a Vilaró y, el martes, por iniciativa propia, decidió recoger la opinión del doctor Cugat, que ya le trató con éxito la pasada temporada al descubrirle una lesión -que pasó desapercibida para los médicos del Camp Nou- en la zona del sacro. En su exploración, el doctor Cugat apreció algo que consternó al jugador: un antiguo esguince en el ligamento externo de la rodilla izquierda que, con toda probabilidad, se produjo en el amistoso de pretemporada jugado por el Barça en Figueres el pasado 18 de julio.

Aquel día, Motta se retiró cojeando. Según comunicó el club mediante un parte médico firmado por los doctores Gil Roda y Lluis Till, el italo-brasileño padecía una lesión distinta: una distensión capsular en la rodilla izquierda, apuntando un periodo de baja de entre siete y nueve dias. Volvió a jugar en el último partido de la gira asiática el 8 de agosto.

El jugador, que ha empezado tratamiento recuperatorio pasivo en las dependencias del club y que está muy alicaído, debe decidir ahora quien le interviene la rodilla. Gio, el lateral holandés, le ha aconsejado que viaje a Estados Unidos y recurra a Dick Steatman. Motta parece confiar en Cugat, pero el club le insta a que busque otro galeno y contempla vetarle por trabajar para el Espanyol si al final elige esa opción.

Ronaldinho, por otra parte, que debutará mañana en la Liga contra el Atlético, dijo ayer que la próxima vez pensará más en su salud y desistirá de jugar con Brasil si todavía no está rcuperado de una lesión. El brasileño se perdió el partido ante el Sevilla por tener aún molestias en el tobillo.