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Columna
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Cortina de humo

Los esfuerzos del Partido Popular para volver a colocar en el centro del debate político la polémica sobre el valenciano no son inocentes. Responden a una estrategia que intenta desviar la atención de la opinión pública (y de la publicada) hacia el irracional debate sobre el idioma, con el único objetivo de ocultar los problemas más serios de la Comunidad Valenciana. El PP y el Consell han tendido una eficaz cortina de humo con la inestimable, y tal vez involuntaria, colaboración del Gobierno de Rodríguez Zapatero con el sensible material que está en la base de todas las confrontaciones en esta tierra: el valenciano. No es casual que en el reciente debate de política general se dedicara mucho más tiempo a la polémica lingüística que a debatir la crisis de los sectores industriales.

Los graves incidentes ocurridos en Elche en la tarde-noche del jueves deberían servir para que los responsables de la Generalitat reflexionaran sobre la eficacia de una gestión constreñida al victimismo frente al Gobierno y un invariable menú de tres platos: AVE, PHN y bronca idiomática. El incendio de dos naves, el saqueo de un camión y la quema de varios contenedores por parte de varios centenares de personas en la capital del Baix Vinalopó es el primer síntoma de una grave enfermedad que se extiende como una metástasis en el calzado, el textil y el mueble, entre otros sectores. Ignorar esta realidad, como hizo el presidente Camps afirmando que estos sectores sufren una ralentización "basada en cuestiones coyunturales", o defender, como hizo el PP, el mantenimiento de la actual política industrial (?) para salir de la crisis, conduce directamente al abismo. El informe encargado por la Cámara de Comercio de Valencia a la Universidad que se dio a conocer en febrero constataba los cambios estructurales externos (países emergentes con salarios bajos y gran capacidad productiva), subrayaba las debilidades endógenas del tejido productivo autonómico y advertía a los empresarios que la crisis a la que se enfrentaban no era una más "que antes o después pasará". El análisis sentenciaba que las empresas no podrían salir adelante sin una actitud proactiva de cambio. El triunfalismo del PP les impide ver esta realidad. Habrá que confiar en que Justo Nieto, nuevo consejero de Empresa, Universidad y Ciencia, recupere el tiempo perdido durante muchos años, por más que la denominación de su departamento no invite al optimismo.

Un último apunte sobre las declaraciones del alcalde de Elche. Diego Macià creyó ver en el origen de la manifestación a la extrema derecha. Parece una opinión precipitada, pero no se debe olvidar que la masa electoral de Le Pen en Francia surgió de barrios obreros que tradicionalmente votaban a la izquierda. El paro, un horizonte personal incierto y la presencia de inmigrantes fueron determinantes en el ascenso de Le Pen. Todos esos elementos están en Elche y en otras ciudades. Camps puede seguir tendiendo cortinas de humo con la polémica del valenciano; pero los problemas son otros y graves.

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