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Rumiñahui tacha de "nueva esclavitud" la oferta del Gobierno para regularizar a trabajadores extranjeros

El reglamento de Extranjería propuesto por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, es "una nueva forma de esclavitud". Así lo entiende la asociación de inmigrantes ecuatorianos Rumiñahui, que por boca de su presidente, Edgar Constante, aseguró ayer que el reglamento de Extranjería propuesto por el Gobierno central deja al colectivo "atado de pies y manos ante los empresarios".

El Foro Alternativo de Inmigrantes, que se formó como otra opción a la plataforma oficial de representación de asociaciones impulsada por la Generalitat, sin embargo, prefirió evitar lanzar una opinión sobre el borrador de decreto antes de estudiarlo a fondo. Carlos Taboada, portavoz del Foro, señaló que hay aspectos que le preocupan, como el hecho de que el empresario tenga que pagar el año anterior de Seguridad Social y garantizar un año de trabajo "con la cantidad de contratos de tres meses que hay", aunque señaló que han de revisarlo con detalle con la intención de "preparar alternativas".

Constante, en una rueda de prensa ofrecida ayer, fue mucho más contundente al entender que el texto "mantiene la bolsa de sin papeles al no contemplar mecanismos efectivos de regularización" y únicamente sirve "para incrementar el tráfico de personas y mafias". El portavoz de la asociación de inmigrantes ecuatorianos aseguró que desde que comenzó a circular el rumor de la propuesta gubernamental que posibilita legalizar la situación irregular de un inmigrante mediante la denuncia a los empresarios "se han producido muchos despidos, sobre todo en el sector del servicio doméstico", si bien no pudo precisar la cantidad. La asociación ha pedido la retirada de la "brutal propuesta" y ha exigido al Ejecutivo el desarrollo de una nueva Ley de Extranjería en cuya elaboración participen colectivos de inmigrantes, partidos políticos y diversas entidades sociales. Los inmigrantes "jamás" han tenido participación en los proyectos legislativos que les afectan y "ya es hora" de que comiencen a ser tenidos en cuenta. En su opinión, la "solución" al problema de la llamada "economía sumergida" es "dar papeles" a todos los inmigrantes.

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