Los Mossos piden la documentación a los conductores que negocian con prostitutas

Los Mossos d'Esquadra ya tienen la orden de identificar a los conductores que se detengan en los márgenes de las carreteras para solicitar los servicios de las prostitutas. La medida pretende intimidar a los clientes y combatir la prostitución. La consejera de Interior, Montserrat Tura, negó ayer que con esta medida se vulneren los derechos de los clientes. La consejera aseguró que las patrullas de la policía autonómica empezarán a poner en práctica esta medida inmediatamente, pero con una "intensidad variable" en función de las disponibilidades del servicio.

Esta actuación, que ha suscitado polémica, no será una prioridad, sino que se realizará cuando otros servicios urgentes lo permitan. Tura quiso aclarar ayer que la identificación de los clientes no supondrá ninguna vulneración de sus derechos. "No pretendemos vulnerar derechos fundamentales del cliente en ningún caso", advirtió Tura. "No hay inconveniente ni nada que impida a la policía preguntar por qué un coche está parado en una vía y está condicionando la circulación de los demás coches", añadió. La consejera explicó que probablemente se les identificará pidiéndoles el carné de conducir.

La medida no tendrá, en principio, ningún tipo de consecuencias para las personas identificadas, puesto que la prostitución no está penalizada.

La nueva actuación se incluye en un paquete de medidas policiales que pretenden erradicar la prostitución de las carreteras catalanas, uno de los caballos de batalla de Tura desde que entró en el cargo. El objetivo de la identificación es intimidar a los clientes y conseguir que la disminución de la demanda comporte también la de la oferta. No obstante, otras medidas similares aplicadas en los últimos años han chocado con una dura realidad que se resiste a desaparecer.

En 2003 los Mossos d'Esquadra montaban controles de alcoholemia en las zonas con mayor prostitución de carretera con resultados poco halagüeños. En algunos casos incluso se produjeron colas de clientes que, con total desparpajo, pedían celeridad a los mossos a la hora de identificar a algunas prostitutas. Algunos sectores policiales apuntan que la única fórmula efectiva para erradicar la prostitución de carretera pasa por una ley que la prohíba.

La medida más efectiva hasta el momento ha sido el incremento de los controles de extranjería sobre las prostitutas, que han permitido tramitar en las comarcas de Girona más de 30 propuestas de expulsión en los últimos meses.

La medida ya había sido anunciada durante el verano por la consejera, aunque no se había aplicado, según explicó ayer, porque la actividad turística requería los efectivos disponibles.

Tura se refirió también ayer a sus recientes visitas de inspección a los prostíbulos del Alt Empordà, a los que acudió por sorpresa y en horario de máxima afluencia, y aseguró que lo que ha visto le ha confirmado que hay que regular estos establecimientos.

Respecto a la polémica del "turismo de borrachera", definición acuñada por la consejera para referirse a una parte del sector de Lloret de Mar, Tura insistió en que la localidad debe reconducir "el reclamo del consumo de alcohol sin límites".