El amigo de lo ajeno
Oculto en las sombras tendrá que saquear a la nobleza de una lóbrega ciudad medieval
Antes de que Solid Snake o Sam Fisher, protagonistas respectivamente de los juegos Metal Gear Solid y Splinter Cell, subieran al trono como maestros de la infiltración, el ladrón Garrett era el verdadero rey del sigilo. Corría 1998 y se trataba de Thief: The Dark Project, una creación del desaparecido estudio Looking Glass, que no se lanzó en España hasta que se apostó por una segunda parte, momento en que se reeditó la primera dentro de una serie económica. Esto ayudó a que se convirtiera en un título de culto que inicialmente sólo degustaron los que lo importaron directamente de Estados Unidos. Seis años después se ha convertido en una franquicia que hay que exprimir tanto en PC como en la consola de Microsoft. De ello se encargan ION Storm y Eidos, que han comprado los derechos sobre el título.
Thief: Deadly Shadows
Desarrolla: ION Storm
Distribuye: Proein
Plataforma: Windows, Xbox
Género: Acción
Recomendado: Mayores de 12
Precio: 45, 50 euros
Internet: www.thief3.com/
En una ambientación medieval, Thief: Deadly Shadows propone guiar los pasos de un ladrón con el único fin de subsistir. Sin embargo, los acontecimientos y las conversaciones a las que tiene acceso secretamente durante sus robos, tejen una interesante historia que se espiga y permite tomar distintos caminos gracias a la libertad de actuación que ofrece la aventura. Sólo los dos primeros robos están guiados y deben ser ejecutados según las instrucciones que aparecen en pantalla. De esta forma se aprenden los movimientos básicos y las posibilidades de pasar inadvertido de Garrett. A partir de ese momento la base del ladrón es su apartamento, que a juzgar por el pequeño tamaño lleva a pensar que en el medievo hubo también una burbuja inmobiliaria. Desde ahí podrá salir a los distintos barrios de 'La Ciudad', pasear por sus calles, introducirse en las casas para llevarse objetos de bajo valor, ejercer de carterista o acceder a los robos realmente importantes en castillos y mansiones basándose en la información privilegiada que posee.
Para conseguir su objetivo debe pasar inadvertido. Para ello es vital moverse por las sombras. Una gema que se ilumina u oscurece indica el nivel de ocultación conseguido. Un guardia puede pasar junto a Garrett sin percatarse de que está a su lado si la gema está totalmente apagada. Moverse con cautela, no pisar superficies ruidosas, pegarse a la pared, etcétera es fundamental. Garantizar la entrada a habitaciones protegidas pasa por dominar el arte de forzar cerraduras con la ganzúa. En el juego se representa con el movimiento de las dos manos del protagonista que hacen girar unos círculos metálicos concéntricos. En un punto, que se encuentra moviendo el ratón a un lado y a otro, los círculos tiemblan y hacen un ruido concreto que al presionar permite girar el bombín. Repitiendo tres o cuatro veces la acción se desbloquea la cerradura y no hay puerta que se resista.
Otras armas aparentemente inofensivas ayudan a colarse sin ser visto. La flecha pirotécnica hace un petardeo al impactar contra una superficie sólida. Lanzada al extremo contrario por donde se quiere entrar sirve para despistar a los guardias durante unos valiosos segundos. Si por mala suerte Garrett es descubierto, puede lanzar una granada de humo casera que aturdirá a los enemigos y permitirá tomarles ventaja en la huida. No hay que olvidar que el protagonista es un ladrón, no un guerrero, con lo que tiene pocas posibilidades de sobrevivir en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los vigilantes.
Es irónico que los objetos secundarios que vaya robando pueda venderlos en distintas tiendas específicas para descuideros, donde a su vez se pueden comprar las herramientas propias de esta profesión.
Se han utilizado técnicas de iluminación dinámica que arrojan sombras reales en los escenarios tridimensionales, abriendo todo un abanico de utilidades para las mismas. Igual que se puede saber hacia dónde se mueve un personaje por su sombra, hay que huir de la luz para que la propia no se proyecte en un lugar donde pueda ser descubierta. Estos efectos requieren mucho esfuerzo por parte del procesador y hace que la versión de Xbox no se ejecute con mucha fluidez en algunos momentos.
Desafortunadamente, el título, que es de notable alto, no se ha doblado al castellano. Es una lástima porque el protagonista hace las veces de narrador, y, como en las buenas novelas negras, tiene uno punto de cinismo en sus reflexiones muy enriquecedor.
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