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Apoteosis de Alejandro Sanz y pitada a Farruquito

Ante más de 20.000 espectadores que habían agotado todas las entradas desde hacía dos meses, el cantante y compositor Alejandro Sanz se pegó un auténtico baño de cariño en el primero de sus dos conciertos en las Ventas, mientras presentaba los temas de su último y muy premiado disco No es lo mismo, al tiempo que regalaba una granada selección de las más conocidas composiciones de toda sucarrera.

Con una puesta en escena del todo elegante, en la que un enorme telón servía de pantalla para la proyección de imágenes y luces, Alejandro, con la compañía de una superbanda de extraordinario nivel, dio rienda suelta a un repertorio que aúna a la canción romántica, marca de la casa, la nueva savia que le dan la visión de hip hop y jazzera que manda en su última producción discográfica, y todo ello sin olvidar el punto flamenquito que Alejandro imprime siempre a todas sus composiciones.

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Recordando siempre en voz alta que Madrid es la ciudad en la que nació, creció y se enamoró por primera vez, Alejandro deambuló a sus anchas por el enorme escenario, respondiendo con su magnética sonrisa a las muestras de cariño que en todo momento le exhibió el respetable. Mientras su característica voz iba abordando temas que enseguida encontraban eco entre las gargantas de los asistentes: Quisiera ser, Cuando nadie me ve, la enternecedora Yo sé que la gente piensa y las muy conocidas El alma al aire, Y sólo se me ocurre amarte y Aprendiz, en la que colaboró como invitada la cantante Malú y Corazon partío. Mención especial hay que hacer del momento rapero que el cantante tuvo en la ejecución de Try to save your song. Quizá en el espectáculo con más relieve de cuantos el músico ha presentado en la capital, Alejandro demostró que su esfuerzo por ofrecer algo que corresponda a su fama internacional no decae en ningún momento.

Pero también hubo espinas en esta noche de rosas: es necesario reseñar la enorme y cruel pitada que se llevó el otro invitado de la gala: el bailaor Farruquito, que acompañó con su baile a Alejandro en una inaudible bulería. Al final el cantante se lo llevaba de la escena echándole el brazo por encima del hombro.

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