Curiosidades
A ver, vayamos por partes a ver si así consigo explicar algo de lo que ha pasado hoy [por ayer], pero ya aviso que explicar lo inexplicable no es mi fuerte. Porque tiene miga la cosa; no es que haya habido un corredor que se ha escapado y el grupo no ha tenido agallas ni fuerzas suficientes para cogerle. No, que va, la cosa ha dado para mucho más de sí.
Lo primero ha sido que el susodicho ha atacado sin atacar. ¿Y eso cómo se hace, se preguntarán? Pues buena pregunta...para que se la hagan a él, porque yo eso no lo he hecho nunca, pero estoy seguro de que no me saldría si lo intentase. Es algo así como un querer y no querer queriendo. ¿Qué aún les he liado más? Ya, lo entiendo. Bueno, pues es algo así como me voy pero no me voy, y cuando llego a la primera curva ya me han visto, sí, pero en la meta con el ramo de flores que me van a ver.
Así que por arte de magia poco espectacular pero efectiva , ya teníamos montada la fuga del día. Un americano en solitario, curiosa ironía cuando estos son más dados al fuego de artificio y al bombo y platillo que a otra cosa, pero no, ayer optó por marcharse sin hacer ruido -ahora me quedaría bien eso de los partes policiales: con nocturnidad y alevosía, pero no lo pongo porque no me encaja, la nocturnidad es incompatible con el sol de mediodía-.
Lo segundo fue lo ya sabido, esto es, la espeluznante caída de Valverde. Yo rodaba unas cuantas posiciones por detrás de él y he visto todo en directo, y la verdad es que el aterrizaje ha sido de lo más violento. Se le salió la cadena en un repecho, dió una pedalada el falso y salió despedido por delante de la bici.
Lo tercero fue el sentido de la solidaridad mal entendido demandado por el mismo líder. Hay que parar, decían con un gesto, por respesto al caído hay que parar. Muy bien, dijimos todos, de acuerdo. Y paramos. Pero que pare también el escapado, decían algunos. No, si con él no va la cosa.
Y es así, es decir, como si la cosa no fuese con él, como éste chico siguió adelante con su caminar -fortísimo por otra parte- y consiguió administrar con sabiduría los 20 minutos de ventaja que el pelotón le había regalado. Ataco sin atacar pero gano ganando, curioso.
Pedro Horrillo es corredor del Quick Step.
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