Larsson cambia de bando
El delantero sueco del Barça se enfrentará hoy al Celtic, el club que le idolatró
Un año y medio después, el Barça regresa hoy a la Champions. Lo hará en Glasgow, enganchado a la magia que irradia Henrik Larsson, el veterano jugador sueco (32 años), ídolo en su país y en Escocia, cuya trayectoria sólo está al alcance de los mejores: ha trazado su carrera en clubes medianos del norte de Europa para acabar como futbolista en un grande del sur y disfrutar de paso, junto a su mujer y sus dos hijos, del sol al lado del mar en Gavà (Barcelona) como buen hijo de marinero.
Con Ronaldinho dado de alta -"está para jugar pero hay que valorar la situación con tranquilidad", anunció un enigmático Rijkaard- los azulgrana tienen en Larsson, alzado a la categoría de mesías por la afición del Celtic, que le bautizó como king of the kings [rey de reyes], al mejor talismán para presentarse en El Paraiso, donde el Celtic no pierde desde hace tres años.
La recuperación de Ronaldinho puede obligar a Rijkaard a prescindir de un atacante
El circuito de televisión del aeropuerto de Glasgow retransmitió ayer la imagen. Una veintena de cámaras dispuestas en semicírculo en la terminal aguardaban la llegada del sueco, hasta ahora líder indiscutible del Celtic, donde en siete años ganó cuatro Ligas, una Copa, la Bota de Oro -con 53 goles- y logró registros propios del libro Guinnes: 247 goles en 315 partidos. Larsson, que ayer acabó sepultado entre tanto objetivo, tiene ante sí uno de los partidos emocionalmente más difíciles de su carrera: jugar en Glasgow -antes militó en el Helsingborg y en el Feyenoord- ante el equipo de su vida.
Maestro en el arte de la piscología, Rijkaard tendrá que exprimir sus consumadas dotes de equilibrista: sabe que el sueco se ha ganado el puesto -marcó un gol ante el Sevilla y el Camp Nou coreó su nombre- pero Ronaldinho llama a la puerta y alguien tendrá que quedarse fuera. El técnico dio alguna pista: "Yo también pasé por una situación como la de Larsson", recordó Rijkaard en alusión a cuando visitó al Ajax como jugador del Milan. "La sensación es doble porque él dejó muchos amigos aquí. Pero es un profesional y está preparado mentalmente".
Obstinado -decía a sus maestros que sólo quería ser futbolista-, sacrificado -superó hace tres años la triple fractura de una pierna-, y tan luchador en el área como un adolescente -"nunca me ha asustado la competencia en el Barça-, Larsson va camino de reescribir en el Camp Nou los éxitos de su pasado. La afición de su país reunió 110.000 firmas para que este hombre, hijo de un caboverdiano y de una sueca, no abandonara su selección. Y su mismo apellido competió con el nombre del Celtic en las camisetas verdiblancas, que visten masivamente los seguidores escoceses.
Rijkaard ya le echó el ojo en enero y está encantado con él. Y Johan Cruyff, en declaraciones al Sunday Mail le ha puesto por las nubes: "Es el fichaje que más me entusiasma. Verle da muchas esperanzas; su estilo es simple e inteligente y lo tiene todo como jugador; no sólo en cuanto a goles sino por por su aportación".
Zalayeta, un discreto jugador del Juventus, echó hace año y medio al Barça de la Champions provocando la revolución de Laporta. El regreso a la alta competición -en Glasgow- viene marcado por un triste recuerdo: el Celtic de Larsson eliminó al Barça de la UEFA por un global de 1-0, gol marcado en un partido de ida que los azulgrana no quisieron jugar por coincidir con el horror del 11-M. Larsson ha cambiado ahora de bando, y si bien el Celtic resiste -es el líder con cinco victorias- el Barça se siente mejor que entonces y, fiel al lema de su ariete sueco, no está dispuesto a rendirse.
Celtic: Marshall; Balde, McNamara, Valgaeren, Varga; Juninho, Thompson, Lennon, Petrov; Camara y Hartson.
Barcelona: Valdés; Belleti, Puyol, Márquez, Van Bronckhorst; Xavi, Gerard, Deco; Giuly, Larsson y Ronaldinho.
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