La prensa italiana refleja la decepción por la ausencia de premios en Venecia
La prensa italiana ha resumido en la palabra "desilusión" el hecho de no haberse quedado en casa el León de Oro, pues todos daban por favorita la película Las llaves de casa, de Gianni Amelio. La edición número 61 de la Mostra premió como mejor película Los secretos de Vera Drake, del inglés Mike Leigh, y el director italiano se ha tomado con calma la decisión del jurado. "El resultado no me ha dejado ninguna amargura. A mi edad, uno no se desespera por estas cosas. Quiere decir que los filmes ganadores eran mejores que el mío y éstas son las reglas del juego", ha declarado a la prensa. Luego ha continuado, en tono bromista, "espero no ser reprobado por no haberme quedado con el León de Oro".
Las llaves de casa era la gran apuesta del cine italiano en la Mostra y ha recibido aplausos y elogios por parte del público. "Me ha dado mucha satisfacción la recepción en la sala durante la proyección del festival. La gente ha aceptado mi película con un calor enorme, que vale más que un premio".
El cineasta, originario de Calabria, que salió hace seis años de Venecia con el León de Oro, no se siente víctima de ninguna injusticia. "He participado cuatro veces en Venecia y he sido muchas veces miembro del jurado, aquí y en Cannes. Sé que es muy difícil que los miembros del jurado se pongan siempre de acuerdo". A Amelio le queda la consolación de seguir creyendo en su película, porque "los premios son como los regalos: es peligroso pretenderlos".
Aparte de los aplausos del público y la buena aceptación entre la crítica, Las llaves de casa se ha llevado otros reconocimientos no oficiales como el Premio Pasinetti del Sindicato Nacional de Periodistas Cinematográficos.
Venecia 2004 será de nuevo recordada como un cierre en blanco para el cine italiano. El año pasado todos apostaban por Buenos días, noche, de Marco Bellochi, pero el galardón cayó en manos del ruso Andrej Zvjagintsev, autor del filme El regreso.
El último León de Oro para una película italiana fue en 1998, precisamente de Amelio (Así veíamos). Diez años antes, el premio fue para La leyenda del santo bebedor, de Ermanno Olmi.
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