A expensas del primo del norte
México condiciona su recuperación a la marcha económica de EE UU
La primera economía de Latinoamérica crecerá este año un 4%, la tasa más alta en cuatro cursos, gracias al aumento de las exportaciones de manufacturas a EE UU y el despegue de la inversión y la producción industrial. Sin embargo, una desaceleración de su principal socio comercial y la postergación de reformas estructurales pueden poner freno a este dinamismo.
La restricción de liquidez por el alza de tipos en EE UU podría generar inestabilidad debido a la elevada necesidad mexicana de financiación
La economía crecerá un 4% en 2004, la tasa más alta desde que Fox llegó al poder; así se pondría fin a tres años de estancamiento
Los pronósticos de los analistas y del Gobierno dicen que la economía mexicana crecerá un 4% durante 2004. Ésta sería la tasa más alta desde que Vicente Fox llegó a la presidencia en 2000 y, además, pondría fin a tres años de estancamiento económico. La causa de esta bonanza se encuentra en el elevado precio del petróleo, superior a los 25 dólares presupuestados por el Gobierno, que se ha combinado con una revitalización de las manufacturas y la industria. Estos sectores están siendo fuertemente empujados por la sostenida recuperación económica de Estados Unidos, destino de más del 90% de las exportaciones mexicanas.
Las exportaciones no petroleras crecieron un 20,2% en mayo, lo que ha provocado un positivo efecto en la inversión fija, que ha repuntado un 5,3% en un año -la mayor alza en 40 meses- y en la producción industrial, que ha crecido en el segundo trimestre a un ritmo anual del 4%. El consumo sigue algo rezagado, con unas ventas minoristas que se mantienen en torno al 3,5% de crecimiento.
Desciende el paro
Estos factores han logrado reducir el paro, generando 224.000 nuevos empleos formales en el primer semestre. Con esto, el desempleo ha bajado en un año desde el 3,75% de la población activa hasta el 3,52%. Sin embargo, estas cifras están lejos del 1,89% logrado hace cuatro años.
La coyuntura ha permitido al Gobierno de Fox obtener una mayor recaudación y holgura presupuestaria. De esta manera, se logrará cerrar el año con un déficit fiscal del 0,3% y reducir la deuda pública, por cuarto año consecutivos, hasta el 24,8% del PIB, medio punto menos que hace 12 meses. El PIB mexicano ronda los 620.000 millones de dólares.
Sin embargo, este crecimiento y aumento de la recaudación fiscal está presionando fuertemente a la inflación que, según los expertos, cerraría en el 4,3%, lejos de la meta del 3% de la Administración económica. El principal problema son los precios de los combustibles, ya que México, a pesar de ser el octavo exportador mundial de crudo, debe importar un 25% de su consumo por su escasa infraestructura productiva. Para combatir el alza sostenida de la energía, el Banco Central ha impulsado un alza de los tipos de interés.
Menor liquidez
El segundo problema que enfrenta México es la desaceleración de EE UU y la subida de los tipos de interés de la Reserva Federal. Según Cajamadrid, a medio plazo, el efecto de restricción de liquidez que se ha iniciado puede generar episodios de inestabilidad debido a la elevada necesidad de financiación de México, que llegará a 43.000 millones de dólares en 2004. Un problema similar al efecto tequila de 1994.
Estos riesgos pueden hacer que el crecimiento de 2004 sea sólo una anécdota coyuntural, si se sigue postergando el paquete de reformas estructurales que México necesita. Lo prioritario para los expertos es abrir el sector energético a la inversión privada, acelerar la recaudación pública y flexibilizar el mercado laboral.
En este sentido, el único avance de Fox ha sido una reforma tributaria que duerme en el congreso y que prevé crear impuestos locales para las ventas finales y reducir el IVA a un 12%. Para los más críticos del Gobierno y la clase política, mientras estos temas no se despejen, las carencias de infraestructura productiva seguirán aumentando de la mano de la economía informal y la pobreza.
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