La torre de los Rolls-Royce
Una muestra de 73 coches de colección en Galdames (Vizcaya)
Lo último que uno esperara encontrarse en el apartado paraje de las Encartaciones es una rutilante colección de coches de época, que incluye todos los modelos fabricados por Rolls-Royce hasta 1990. Pero es precisamente el tesoro que esconde Torre de Loizaga, casa fuerte del siglo XIII, el resultado del empeño coleccionista de Miguel de la Vía, un empresario de la construcción que compró y restauró la propiedad en 1984 para acoger automóviles que había reunido durante años.
La colección abrió hace tres años sus puertas al público, primero gratuitamente y sólo el día de Santiago. "El cura de Galdames lo pidió así para que la gente subiera al monte y asistiera a la misa de la ermita de Santiago de Loizaga ", cuenta el encargado del museo, José Ángel Durán. Pero un día llegaron 5.000 visitantes. Fue el argumento definitivo para abrir todos los sábados, domingos y festivos, y ponerle precio a la entrada.
A lo largo de seis pabellones se exponen 73 coches de colección. Los 43 vehículos de Rolls-Royce representan todos los modelos fabricados por la prestigiosa marca británica entre 1910 y 1990, con versiones tanto americanas como inglesas, ya que hasta 1936 hubo dos fábricas que funcionaban a ambos lados del Atlántico. Hasta hace dos años, sólo faltaba el modelo Phantom IV, que se consiguió tras una larga negociación con el emir de Kuwait. Hoy es una de las piezas estrella de la muestra. Es uno de los cuatro ejemplares que existen en España. Los otros tres fueron adquiridos en su tiempo por Franco y pertenecen en la actualidad a la Casa Real.
Además de los Rolls-Royce, otras 33 joyas ilustran la historia del automovilismo. El Allen es una de las curiosidades, una mezcla entre carro y coche del que sólo se conservan dos en el mundo. También se pueden ver dos ejemplares del modelo Ford T, aquellos míticos automóviles que fueron los primeros en producirse en serie y que tienen faros de carburo cuya luz se asemeja a la de una cerilla. Entre los modelos más recientes destaca, por ejemplo, un Ferrari Testarossa de 1984. Todos andan, aunque, como comenta Durán, algunos coches tienen sus fallos, como una rueda baja o la pintura que no es original.
Y además de admirar la colección y la torre, que conserva su arco de medio punto y su doble escudo originales, los visitantes pueden disfrutar de los jardines, que invitan a un paseo.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
- Desde Bilbao en coche por la A-8 hacia Santander hasta el desvío a Muskiz, donde se coge la BI-2701 a Sopuerta. Pasando Sopuerta y en dirección a Balmaseda se encuentra un cruce donde se debe tomar la BI-3631 con dirección a Galdames. Se llega hasta otro cruce que indica el camino hacia la Torre de Loizaga.
La visita
- Torre de Loizaga (946 80 13 56). Abre sábados, domingos y festivos de 11.00 a 19.00. Precio de entrada: adultos, 6 euros; niños hasta los 12 años, gratis; niños de 12 a 18 años y jubilados, 3 euros.
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