"El jugador español está sobrevalorado"
David Albelda, de 27 años de edad y 20 veces internacional, no ha adquirido todavía en la selección española el peso que tiene en su equipo, el Valencia, en el que es el capitán y con el que ha ganado tres títulos en 2004: la Liga, la Copa de la UEFA y la Supercopa europea.
Pregunta. ¿Por qué Baraja y usted no asumen en el conjunto nacional la jerarquía que tienen en el Valencia?
Respuesta. En el club lo vives día a día y eso te hace tener mucha más confianza. En la selección hay una competencia muy grande.
P. Principios de la temporada y dicen estar ya cansados.
R. En el Valencia llevamos cinco partidos más que los otros.
P. ¿Cómo explica, dos meses después, el fracaso en la Eurocopa de Portugal?
"Hay que competir. Si hay alguien detrás, tienes que estar más alerta. Si no, te quitan"
"En conjunto, nos falta saber cómo actuar en cada momento. Buscamos una identidad"
R. Son análisis personales. Los jugadores españoles llegamos muy tocados a estas competiciones. Los de Portugal o Grecia llegaron mucho más frescos.
P. Toda la culpa ha recaído en el ex seleccionador, Iñaki Sáez. ¿Escurrieron el bulto los futbolistas?
R. No; hubo algunos que cargaron con su responsabilidad. Raúl fue muy criticado. Y yo tampoco tengo ningún problema si me ponen a parir por aquello. Quizá sea que el jugador español está sobrevalorado. Pero eso lo marca la prensa. Pasa también en los clubes. A los madridistas les disgusta que les llamen galácticos porque son gente humilde y trabajadora. Son los periodistas los que nos sobrevaloran.
P. ¿Faltan cracks?
R. Hay países con jugadores más determinantes. Los Zidanes o los Ronaldinhos ganan por sí mismos. Si queremos ponernos a la altura de Brasil o de Argentina, deberíamos basarnos en el trabajo colectivo. Para compensar. Hay mucha gente que cree que España tiene los mejores jugadores del mundo y eso no es así. Aquí hay jugadores importantes como Raúl, Baraja o Vicente, pero no podemos ampararnos en ellos para que nos solucionen los partidos.
P. ¿Va Luis Aragonés en esa dirección?
R. Si no se hace con él, no se hará con nadie. Se sabe todos los trucos y los secretos. Y conoce mucho al futbolista español. Él está insistiendo mucho en el tema táctico, pero no es fácil cambiarlo de un día para otro.
P. ¿Qué estilo quiere imponer?
R. Defenderse y atacar todos a una. Y mantener las líneas juntas, siempre con la misma separación. Es un sistema muy parecido al del Valencia. Si acaso, con una pequeña diferencia: Luis quiere que el segundo pivote se incorpore más al ataque, que sea una especie de rombo. Pero al defenderse vuelve a incorporar el doble pivote.
P. ¿Qué ha modificado en los entrenamientos respecto a Sáez?
R. Lo único, que estamos haciendo más sesiones, mañana y tarde, y disponemos de menos tiempo libre.
P. ¿Ha cambiado Luis desde que le conoció hace diez años?
R. Yo, con 17, me entrené con él una temporada en el Valencia. Lo normal es que uno se relaje con el tiempo, pero yo le veo igual, pendiente de todo en cada minuto.
P. ¿Les dice que quiere ser campeón del mundo?
R. Sí. Él ve que tiene un buen equipo, pero al que le falta mejorar muchas cosas. En conjunto, nos falta saber cómo actuar en cada momento.
P. Ser más competitivos.
R. Sí, porque hay partidos que se traban y hay que afrontarlos como vienen. Estamos en busca de esa identidad. En el Valencia, por ejemplo, hay encuentros en los que tenemos que sufrir, en los que los extremos no pueden encarar... Y hay que buscar otra manera de ganar.
P. Técnicamente, España es de las mejores selecciones. ¿Sigue retrasada físicamente?
R. Creo que no. La exigencia de nuestra Liga es superior a la de otras en las que existe menos competencia.
P. ¿Aumentan las dudas de Luis, entre Cañizares y Casillas, la inseguridad de los porteros?
R. Tenemos dos grandes guardametas. Los profesionales debemos saber competir en esos términos. Si hay alguien detrás, tienes que estar más alerta. Si no, te quitan.
P. ¿Y Raúl?
R. Lleva muchos años y no entiendo a la gente que duda de él. Estamos hablando del mejor jugador español de la historia. Y me sabe mal porque le veo muy humilde y muy implicado en los proyectos. Esté bien o no, es muy importante porque afronta los partidos con mucha entrega y voluntad.
P. ¿No será un nuevo caso Guerrero?
R. Casos de ésos hay pocos. Cuando tienes unas condiciones, las tienes. Nosotros no dudamos en ningún momento de lo que puede dar de sí. Bajones los tenemos todos.
P. ¿Espera una encerrona en Bosnia?
R. No; el campo y el ambiente no me preocupan, pero sí el nivel de ellos o la fase nuestra: nuevo entrenador, no tienes las ideas asimiladas y muchos no estamos bien hasta que pasen uno o dos meses... Tienen tres o cuatro jugadores buenos que te pueden hacer mucho daño. Sobre todo, Balic, que dispone de una gran zurda. Habrá que estar muy atentos en las acciones a balón parado. Tienen cambios de orientación, practican el fuera de juego... Detalles que demuestran que están trabajados. Siempre intentan jugar al fútbol.
P. ¿Por qué fue tan frío tras la marcha de Rafa Benítez al Liverpool?
R. Me pilló por sorpresa. Estaba concentrado con la selección. Pero no fui frío ni tuve malas palabras. Dije que él había dado muchos éxitos al Valencia, pero que, si se iba, una de las razones sería la económica, igual que me movería yo del Valencia o en su día lo hicieron Mendieta o Farinós. Los que me conocen saben que hablé por mi propia boca, no por la del club.
P. ¿Es más cálida la relación con Claudio Ranieri?
R. Es diferente. Sí podríamos decir que el trato es más cálido, pero, al final, lo que tiene que hacer es llevar al equipo por el camino del triunfo. Lo que pasa es que la relación personal influye. Si las cosas van mal, se destapa lo negativo. Si van bien, todo se tapa.
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