Unió y CDC ven difícil unificar su voto sobre la Constitución europea

La pretensión inicial de los dirigentes de Unió y Convergència de adoptar una posición común sobre el referéndum de la Constitución europea va desvaneciéndose. Los democristianos han asumido ya que del congreso extraordinario que sus socios celebrarán el 2 de octubre no saldrá una posición favorable al texto constitucional y confían, como mal menor, que la dirección convergente dé libertad de voto.

La dirección de Unió asiste perpleja al desconcierto que este asunto origina en las filas de Convergència y contempla con desasosiego el avance de las tesis euroescépticas. Los democristianos apuestan claramente por apoyar la Constitución europea y así lo expresan en la ponencia ideológica que se debatirá en el congreso de Unió del 16 y 17 de octubre. "Una negativa significaría la parálisis, e incluso el retroceso, del proceso de construcción europea. Un no al tratado nos homologaría a las fuerzas que tienen en el euroescepticismo su razón de ser", se afirma en el texto.

Si a principios de verano, los dirigentes nacionalistas de ambos partidos hacían votos para alcanzar una posición común con vistas al referéndum, unas semanas después nadie confía en lograr este propósito. Ayer mismo, el secretario general de Convergència Demo-cràtica (CDC), Artur Mas, admitió que las posiciones podrían ser "divergentes" y se esforzó en restar importancia a este extremo. "No se hundirá el mundo. La soldadura entre Unió y Convergència no se verá afectada", manifestó.

Los convergentes tomarán una decisión sobre el sentido de su voto en el referéndum de la Constitución europea en un congreso extraordinario convocado para el 2 de octubre. Así lo decidió ayer la ejecutiva de CDC en una reunión dedicada casi por completo a este polémico asunto y en la que nadie desveló su opción de voto.

De momento, Mas ha encargado al responsable de relaciones exteriores del partido, Carles Llorens, dos documentos que se debatirán en la ejecutiva del próximo lunes. Un primer informe sobre la trayectoria europeísta de Convergència -"sólida e impecable", según Mas- y un segundo análisis sobre los pros y contras del texto constitucional. De esa reunión saldrá el texto que se someterá a votación en el congreso extraordinario. De momento, Mas ha impuesto silencio a los dirigentes del partido.

En cualquier caso, las fuentes consultadas señalaron ayer que con toda seguridad del congreso no saldrá una posición concluyente sobre la Constitución europea, sino que se fijarán una serie de condiciones para votar afirmativamente en el referéndum. Entre éstas figurará el reconocimiento del catalán como lengua oficial en la Unión Europea. De esta manera, la dirección de CDC quiere evitar aparecer ante la ciudadanía como una formación euroescéptica y alineada con partidos de extrema derecha o izquierda y, al tiempo, dar un voto de confianza al Gobierno español para que continúe negociando la oficialidad del catalán ante los organismos comunitarios.

Por su parte, el presidente de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura, anunció ayer que trasladará al próximo consejo nacional la decisión de la dirección de decantarse por el no en el referéndum. No obstante, los ecosocialistas celebrarán en octubre un referéndum interno para fijar su posición.