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Tres inmigrantes búlgaros mueren al volcar una barca en un embalse de Zaragoza

Los fallecidos en Mequinenza (Zaragoza) pertenecen a una colonia de búlgaros

Al menos un hombre y dos mujeres de nacionalidad búlgara se ahogaron ayer en el embalse de Mequinenza (Zaragoza) al hundirse la embarcación en la que navegaban con otros compatriotas. Dos de los fallecidos estaban casados y dejan dos huérfanos, uno de un mes y otro de nueve años. Al parecer, el elevado número de viajeros -entre 10 y 15 personas- provocó el hundimiento de la lancha. Submarinistas de la Guardia Civil y de los bomberos de Zaragoza rastrearon la zona del siniestro en busca del cuerpo del hombre, que anoche aún no había sido hallado.

Las dos mujeres fallecidas son Bedría N. A., de 34 años, natural de Dulovo Silista (Bulgaria), residente en Fraga (Huesca), y Snezhana R., del mismo país y de la misma edad, residente en la finca San Nicolás de la citada población oscense. El hombre fallecido es Nezhdi A. S., de 36 años, también de origen búlgaro.

"Ha sido una imprudencia, una terrible imprudencia que ha terminado en una triste tragedia". Magda Godia, alcaldesa de Mequinenza (Zaragoza), describía con la voz entrecortada lo ocurrido. La desgracia se cebó en una colonia de inmigrantes búlgaros que trabajan en una finca de Zaidin (Huesca) y que habían ido a pasar el domingo a un merendero de la cola del pantano de Ribarroja, en Mequinenza.

Todo comenzó sobre las cuatro de la tarde en el lugar conocido como Aubar. Allí hay un merendero y una zona de recreo donde las familias de temporeros que trabajan en la finca agrícola de Zaidín habían ido a pasar el día.

Un pescador inglés invitó a varios inmigrantes a subir a la barca, en la que pueden ir un máximo de seis personas, para dar un paseo. Al principio no ocurrió nada, iban pocos. Pero luego se animaron más, que también subieron a bordo.

"No sabemos si fueron 15 o 19, no lo sabemos", explicaba Magda Godia. "La barca comenzó a hacer agua y se hundió junto a la orilla. No sabían nadar. Solo sabía uno de ellos, que se ocupó de salvar a los tres niños que iban en el bote".

Sucedió a las 17.45., ante los ojos aterrados de quienes no habían subido a la barca. Comenzaron a gritar desde la orilla, lanzaban ramas a los náufragos para que se agarrasen a ellas, pero el desnivel, nada más entrar en el pantano, es ya de 15 metros junto a la orilla.

"Esto es terrible", explicaba la alcaldesa de Mequinenza, "gritan lloran y no hay manera de saber cuantos iban".

El jefe de bomberos de Caspe, Javier Laborias, que intervino en las tareas de rescate con los de Fraga y un grupo de buceadores y los Geas (Grupos de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil) de Huesca, explicaba que "la barca se hundió, se fue al fondo, las personas no sabían nadar y cayeron al agua".

Sobre las siete de la tarde los empresarios de la finca en que trabajaba y vivía el grupo y en la que viven acudieron al lugar para hacerse cargo de los supervivientes.

A la hora de redactar esta información se procedía al recuento de quienes habían logrado salvarse. "Hay mucha confusión, existe el problema del idioma y no hay forma de saber cuántos subieron a la barca finalmente". Y al idioma se une otro drama: el de la inmigración. La Guardia Civil tenía dificultades para saber finalmente cuántos cayeron al agua porque los supervivientes tenían miedo a hablar.

A las 20.30 la oscuridad obligó a levantar el dispositivo de rescate. El juzgado de Caspe se ha hecho cargo de las actuaciones judiciales.

Los bomberos de Zaragoza rescatan el cadáver de uno de los fallecidos ayer en el embalse de Mequinenza.
Los bomberos de Zaragoza rescatan el cadáver de uno de los fallecidos ayer en el embalse de Mequinenza.EFE

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