Zapping
Tongo
En agosto, Antena 3 y Tele 5 han liderado el telecotilleo. Los caníbales hemos asistido a la necropsia de Carmina Ordóñez y a otras profanaciones. A ratos me he sentido como cuando hay una huelga de recogida de basura: primero no soportas el hedor, luego te acostumbras.
Dilema
Algunos colaboradores de estos programas han vivido en los estudios como polemistas residentes, a la manera de los DJs, pinchando los hits que ceban nuestra autodestrucción. Han sudado más que los atletas de Atenas, que sumaron 840 horas en TVE. Recuerdo una canción de Los Chimberos que decía: "Eres tonta de día, tonta de noche, tonta por la mañana y al mediodía, ah, y se me olvidaba, también eres tonta de madrugada". Si sustituyes "tonta" por "chismoso", describes Mirando al mar, Día a día de verano, Aquí hay tomate, A la carta, A tu lado, Por la mañana, Gente, ¿Dónde estás, corazón?, Salsa rosa y, en parte, TNT. Y también describes a los que permanecemos atentos a la pantalla, dudando entre necrofilia o coprofagia.
Utopía
Cuando crees que el cotilleo es lo peor, la tele se supera. No me refiero al embarazo ectópico de la novia de un hombre vasectomizado, que Cristina Tárrega bautizó como "embarazo utópico", sino a lo que denominan "página de sucesos" y que no tiene en cuenta que, a esa hora y en verano, la presencia de niños ante la pantalla es probable. El 27 de agosto, a las 12.30, Mirando al mar informó de los abusos sexuales a un niño de seis años en un campamento. Si algún padre estaba en el retrete y dejó solos a sus hijos con el mando a distancia, no me extrañaría que, al regresar, los niños se hubieran convertido en hienas.
Miseria
Un argumento para defender Crónicas marcianas de los inquisidores es que, a esa hora, es legítimo potenciar el lado más desmadrado de los terrícolas. Lo malo es que Tele 5 trocea este material y lo convierte en la materia prima de programas de tarde y de mañana (otras cadenas hacen lo mismo). El argumento del horario queda dinamitado. Tanto en CM como en TNT, los efectos sonoros o la intervención de un moderador y la ironía relativizan la estridencia viscosa, y eso, fuera de su hábitat natural, enseguida se pudre, por mucho que retroalimente al emisor, que es víctima de su propia onda expansiva. La estafa consiste en manipular contenidos creativos de madrugada y bien realizados para rellenar formatos visual y narrativamente despreciables. Que nadie se engañe: el modelo que ha triunfado es Tómbola, no CM. Se han tombolizado incluso programas que, en principio, no eran simples cuadriláteros de tongos y encerronas. Si el franquismo pretendió compensar la miseria con películas en las que Marisol cantaba La vida es una tómbola, ahora se nos hace creer que la vida es como Tómbola. Los dinosaurios, pues, todavía están allí.
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