La Alameda de Osuna tendrá sus dos paradas bajo la calle de La Rioja
El nuevo ramal de suburbano medirá 2,3 kilómetros y partirá de Canillejas
La prolongación de la línea 5 del metro hasta el barrio de la Alameda de Osuna (Barajas) discurrirá bajo la vía del tren abandonada que atraviesa longitudinalmente la avenida de La Rioja. La vía, conocida popularmente como vía de la gasolina porque era utilizada por los trenes para llevar combustible al cercano aeropuerto, tendrá dos paradas: la primera, en la confluencia de la calle de los Pinos con La Rioja, y la segunda, en el cruce de esta última calle con Corbeta. El nuevo trayecto de metro tendrá 2.306 metros y cada estación unos andenes que medirán 110 metros.
Este trecho del suburbano partirá desde la actual estación de Canillejas. Las obras durarán dos años, costarán 110 millones de euros y los viajeros podrán utilizar el metro a partir de la primera mitad de 2007. La Consejería de Transportes e Infraestructuras, cuyo titular es Francisco Granados, ha optado finalmente por construir dos estaciones en la prolongación de la línea, descartado la alternativa que contemplaba una sola estación.
La nueva vía arrancará del túnel de fondo de saco que actualmente sirve de cocheras para el final de la línea 5 en Canillejas. Este túnel tiene actualmente una longitud de 400 metros y transcurre por debajo del viaducto de la M-40, la carretera de Barcelona (N-II) y la vía ferroviaria O'Donnell-Chamartín, terminando ba-jo el paseo de la Alameda de Osuna.
El túnel, que será excavado a partir de lado norte de la N-II, trazará una doble curva durante unos 700 metros hasta alcanzar el inicio de la calle de La Rioja. La primera estación estará situada en la confluencia de esta calle con el paseo de los Pinos de Osuna, en el kilómetro 1,22 del nuevo túnel. Sus andenes tendrán una longitud de 110 metros.
Unida a la vía
Esta primera estación se ubicará ya bajo el trazado de la antigua vía de la gasolina, de la que ya no se separará en el resto del recorrido. Un total de 590 metros separarán a la primera de la segunda parada, situada en la esquina de la calle de La Rioja con la de Corbeta.
Esta segunda estación tendrá una longitud de 145 metros y el túnel aún se prolongará otros 250 metros, hasta el subsuelo de la calle de los Brezos, para permitir el cambio de sentido de los trenes y disponer de un espacio para su cuidado y reparaciones. La pendiente máxima de las vías en el recorrido alcanzarán un desnivel del 3,98%. A diferencia de la mayoría de nuevos proyectos de Metro, el de la Alameda no será llevado a cabo por tuneladoras, sino que será excavado "a cielo abierto a lo largo de todo el tramo proyectado", según consta en la declaración de impacto realizada por la Consejería de Medio Ambiente. Esto significa que las obras serán llevadas a cabo desde la superficie, excavando un enorme canal de 14 metros de anchura en todo el recorrido. La profundidad será variable según la orografía del terreno. En las dos estaciones, la anchura del canal alcanzará los 30 metros. Este canal será posteriormente recubierto con enormes planchas de hormigón y finalmente cubierto con más hormigón hasta cerrarlo. Esto implica que, durante los dos años que duren las obras, será cerrada una "banda de 20 a 80 metros de anchura" en superficie hasta que concluyan las obras.
En total, las tierras sobrantes que serán extraídas del recorrido alcanzarán los 225.000 metros cúbicos. La declaración de impacto destaca que el trazado, pese a encontrarse en una zona densamente poblada, "urbana" y con "numerosas vías de comunicación", cuenta con una "importante cantidad de arbolado y zonas verdes".
Entre ellas, cita "la alineación de cipreses en el paseo de la Alameda de Osuna, ejemplares de pino carrasco junto al viaducto y varias plantaciones jóvenes de coníferas y frondosas, así como otros ejemplares de arbolado, todos ellos asociados a las zonas verdes". Respecto a la fauna, el informe señala que está constituido fundamentalmente por aves habituales en el "hábitat urbano y periurbano: gorrión común, mirlo común, urraca, herrerillos, palomas...".
El informe diferencia entre el impacto que tendrá el nuevo metro en la zona durante las obras y cuando esté terminado. Durante el periodo de construcción, el impacto será moderado sobre la calidad atmosférica (emisión de gases y contaminantes de las máquinas constructoras), acústica y la vegetación. Cuando el metro entre en funcionamiento, y tras la replantación de árboles, el único impacto de la nueva infraestructura será sobre las aguas del subsuelo y será muy moderado y "compatible".
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