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Detenida la pareja que se llevó a sus hijos de un centro de acogida

La Junta de Castilla y León se hace cargo de la custodia de los niños

La pareja que el pasado lunes se llevó a la fuerza de un centro de menores de Cáceres a sus hijos de siete, cinco y un año, fue detenida ayer en Ávila. En la fuga (meses antes protagonizaron otra de una institución similar en Cataluña) dejaron herido, tras golpearle con una cadena, a un vigilante jurado. Los Servicios de Atención a la Infancia de la Junta de Castilla y León acogieron ayer por la tarde a los tres niños.

Todos juntos, formando una piña, en los asientos del vagón. Así encontró ayer un revisor de Renfe a la familia. Iban en un tren que acababa de parar en Ávila. Habían pasado 48 horas desde que el matrimonio sacara por la fuerza a sus tres pequeños del hogar Julián Murillo de Cáceres, donde permanecían acogidos por la situación de desamparo que padecían.

El revisor se acercó y les pidió los billetes. El padre, de 41 años, y la madre, de 29 años, callaron. El empleado, siempre según fuentes cercanas al caso, insistió. Ninguna respuesta. Les pidió por favor que bajaran al andén.

El padre fue abordado en las inmediaciones de la estación por agentes de la Policía Local. Iba acompañado de los dos hijos mayores, de siete y cinco años, intentó escapar y echó a correr dejando a los pequeños solos, siempre según la versión policial. La madre, que para no llamar la atención, iba por otro lado con la niña de un año, fue detenida minutos después cerca de allí, en las inmediaciones de un parque, informa Carlos de Miguel.

El hombre y la mujer pasaron a disposición de un juzgado de instrucción y los tres niños siguieron su particular éxodo ingresando en un centro de acogida de la Junta de Castilla y León.

Antiguo legionario

Los familiares del padre rechazan que se hubiese producido desamparo de los menores y defienden a su pariente. "Hemos leído que dicen que tenía antecedentes penales por robo y lesiones. Lo dudamos. Estamos sorprendidos de que tenga problemas con la justicia", dijo un pariente. "Su busto figura incluso en el Museo de la Legión por 'hazañas buenas'. No es un delincuente. Salió del Tercio y se buscó la vida. Era un excelente pizzero, hacía una masa increíble. Yo le vi en Tarragona. A menudo mostraba orgulloso una foto en plena faena con la masa", añadió.

Algunos vecinos y familiares del pueblo de Las Hurdes de donde son originarios los detenidos señalaban que la pareja se había llevado a los niños del centro de acogida por "defender la camada". "Aunque no tengas para darles de comer, unos padres siempre quieren estar con sus hijos", decía un vecino. Un familiar directo apuntaba otra razón : "Confiaban en recuperarles. Pero recibieron noticias de que iban a entregarlos, primero en acogida, y después en adopción, y se violentaron".

Santos Benítez, director del centro de acogida de Cáceres, negó ayer a este periódico que los niños estuvieran ya inmersos en un proceso de acogida y adopción. "Imposible. Ése es un proceso muy largo, y los niños sólo llevaban dos meses bajo tutela de la Junta de Extremadura".

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