Ajuste duro en Riazor
Fallido el intento contrarreloj con Acciari, el Deportivo afronta el curso sin fichajes por primera vez desde que Lendoiro lo preside
El hombre de los fichajes más osados, el que desafió las limitaciones económicas para contratar a Bebeto, Mauro Silva, Rivaldo, Tristán o Luque, ha decretado el ajuste más duro que se recuerda en Riazor. Por primera vez en los casi 20 años que Augusto César Lendoiro lleva presidiéndolo, el Deportivo no ofrece ninguna cara nueva en el comienzo del curso. A la espera del oxígeno económico de una ampliación de capital en pleno proceso, su caja ya no da para más. Con una deuda de más de 170 millones de euros y desagradables conflictos económicos con jugadores tan simbólicos como Fran, no se puede permitir el menor dispendio. El plazo de fichajes se cerró el martes sin satisfacer las modestas peticiones de su técnico, Javier Irureta, un tanto atribulado por la falta de renovación de un plantel muy veterano.
Irureta se ha pasado agosto pidiendo un futbolista para la banda derecha y, con insistencia, un medio centro defensivo que le permitiese administrar los esfuerzos de un maltrecho motor de 36 años, el del gran Mauro Silva. Ante su empeño, se había encontrado finalmente una solución que ya denotaba la precariedad con la que se mueve ahora el Depor. El mismo martes por la tarde cerró un acuerdo con Acciari, centrocampista argentino de discreta trayectoria que llegó a España hace dos años para jugar en Segunda. Hasta la medianoche, cuando expiraba la inscripción de jugadores en la Liga, estuvo esperando a que su equipo actual, el Murcia, consintiese el traspaso. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) incluso le concedió una prórroga de una hora para darle de alta. Pero el Murcia no halló un sustituto y decidió quedarse con Acciari.
La frustración de Irureta
Una frustración para Irureta y el deportivismo, que ha asistido con congoja al enfrentamiento público entre el club y Fran, por unos atrasos reclamados por el jugador, y que se resistía a creer que la inagotable chistera de Lendoiro no destapase a última hora alguna aparición mágica. Irureta se ha quedado con la plantilla más corta de los últimos años: 21 jugadores. La venta de un clásico como Naybet al Tottenham le ha dejado con apenas tres centrales puros y el mismo número de mediocampistas para repartir los dos puestos del eje. Y gente importante sufre problemas físicos: Mauro, Fran y Tristán, la única alternativa a Pandiani como ariete.
A Irureta no le convencieron algunas soluciones, como la del uruguayo Abreu, uno de los fichajes menos productivos de Lendoiro y que lleva cinco años recorriendo América en una cadena de cesiones. En cambio, sí parecía dispuesto a quedarse con dos jóvenes inexpertos, pero prometedores: Rubén y Momo, procedentes de la UD Las Palmas. Este último, un zurdo con talento, ha transmitido buenas sensaciones y se ven en él ciertos rasgos que, salvando las distancias, le emparentaban con Fran. Pero en tiempos de recesión no hay más razones que las económicas. Y, con el argumento de que ambos necesitan partidos para coger experiencia, el club se ha asegurado unos pequeños ingresos cediéndolos al Albacete.
En definitiva, salvo sorpresa en el mercado invernal, el Depor se enfrenta a sus duras exigencias competitivas obligado a intentar lo que Irureta llama "la multiplicación de los panes y los peces".
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