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INTERNET

El correo basura se dispara en España, pese a leyes y filtros 'anti-spam'

El 20% del correo basura es en castellano, enviado principalmente desde España y Argentina - La basura supone desde el 22% al 61,5% del tráfico de los proveedores españoles - Apenas hay sanciones a empresas españolas

El correo basura (spam), pese a la legislación en contra, a los filtros de los ordenadores y a las fuertes multas, no para. Es más, aumenta día a día. En 2004 ha aumentado "exponencialmente", según Telefónica, el correo basura que circula por las redes españolas. La mayoría está escrito en inglés. Alguno, en alemán y portugués. El spam en castellano representa el 20% del total y procede sobre todo de Argentina y España. A pesar de que en España es ilegal desde 2002, mucha basura transita por direcciones gratuitas de empresas españolas, como Iespana, Terra o Wanadoo. Los expertos recomiendan no responder a estos mensajes ni comprar sus productos.

Este verano han triunfado los anuncios en castellano para adelgazar, buscar pareja y realizar cursos. Proliferan también los engaños, como un supuesto Consejo Iberoamericano que anuncia al incauto que le han nombrado Magister en Gestión Educativa, o el mensaje que parece venir de una entidad bancaria y pide al cliente que ponga sus datos en un formulario.

Más información
Los seis años de la historia del basurero nacional

Aumentan también los anuncios masivos de servicios anti-spam. Y también pro-spam: desde una cuenta de Latinmail ofrecen 50.000 direcciones españolas, ordenadas por profesionales y provincias, y 50 millones de direcciones por 40 euros.

El Licenciado Schreiber

Crece el descaro de los profesionales del correo basura, llamados también spammers. Usan métodos criminales, como infectar ordenadores personales, para enviar la basura o instalarles programas espía. Un tal Licenciado Alberto Schreiber vende desde Argentina un curso para aprender a "enviar más de 10.000 e-mails de una vez, evitando los bloqueos anti-spam, y técnicas para el seguimiento de las respuestas". Schreiber dice que "el e-mail masivo sostiene la supervivencia de microemprendedores, pymes y honestos trabajadores en desventaja".

Otros se permiten conceder entrevistas, como S. Pammer, nombre ficticio de un estudiante holandés, cosa rara en un negocio dominado por mafias de norteamericanos y algunos canadienses y rusos. S. Pammer explica su historia al periodista Rejo Zenger: empieza enviando correo basura desde una dirección de Planet Internet, con el sencillo programa Mailbomber. Cuando el proveedor le cierra la cuenta, cambia a otro.

Pronto descubre cómo funciona el negocio: se manda el spam desde ordenadores infectados con virus o a través de proxies abiertos, y los servicios web para contratar el producto se alojan en China. Un proxy es un servidor, alojado en un ISP, que actúa como intermediario entre el usuario e Internet. Si el proxy no se configura de forma segura, pueden usarlo personas externas para enviar correo basura, ocultando su identidad. En el mercado hay catálogos con las direcciones de estos proxies.

S. Pammer describe sitios, como Send-safe.com, donde manda anónimamente su basura: 800.000 mensajes por 50 dólares. El servidor chino donde aloja sus servicios web, que ha contratado a través de una empresa británica, le cobra 125 euros mensuales. Según sus cálculos, si envía 250.000 spams, los leen 26.000 personas, 488 visitan la web y entre 20 y 30 compran el producto, la mayoría por impulso. El producto se fabrica en Rusia y pasa por un entramado de empresas importadoras hasta llegar a su destino. En seis meses, S. Pammer gana entre 2.000 y 3.000 euros.

En España, las fuertes multas de hasta 150.000 euros, que impone la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), mantienen a raya a los spammers, según Iñaki Uriarte, de la Asociación Española de Comercio Electrónico: "Sólo ha habido algunas empresas pequeñas sancionadas, porque les venden bases de datos con mala fe y pican".

Es el caso de la gallega Allnet.es, que lleva dos meses enviando spam a diario. Según Allnet, la culpa es de su agencia de publicidad, alemana: "Nos dijeron que sacaban las direcciones de colegios profesionales y cámaras de comercio, legales y confirmadas telefónicamente. Les creímos".

El problema es más amplio. Según la Red de Sensores Antispam (SAnet), auspiciada por la Universidad de Zaragoza y RedIRIS, los proveedores estadounidenses, como Verizon, Comcast o Ameritech, con miles de usuarios infectados por virus, son los responsables de la mayoría de basura que circula por la Red española. Su tráfico hacia España es, en un 95%, spam. Pero los proveedores y empresas nacionales también tienen altos ratios: el 61,5% de tráfico que sale de Infojobs es basura, así como el 58,72% de Auna, el 39% de Onolab y el 22,39% de Terra.

"Quien más basura genera es rima-tde.net (Telefónica), porque tiene mucho tráfico de miles de ADSL contaminadas con virus. Se ha perdido la costumbre de denunciarlo porque es inmanejable, los grandes proveedores, sencillamente, no responden", se queja Jesús Sanz de las Heras, de RedIRIS/Red.es.

Telefónica figuraba en junio en una nueva lista negra internacional, la Abusive GHosts Blocking List, por el aumento de envíos, desde rima-tde.net, del fraude del diplomático nigeriano. Según Telefónica, la culpa es de los clientes: "Durante su tiempo de acceso a Internet, son responsables de su dirección IP. Algunos, por falta de protección, han sido utilizados para envío de correo, y su dirección incluida en listas negras. Cuando Telefónica lo detecta, informa al cliente y contacta con el gestor de la lista".

La compañía no tiene estadísticas públicas sobre el correo basura que pasa por sus redes, pero asegura: "Ha crecido de forma exponencial. Son cada vez más clientes que lo denuncian. Su peligrosidad evoluciona rápidamente, pasando de la oferta de productos a la suplantación de identidad de bancos y tiendas. Estamos desarrollando un servicio de filtro de correo personalizable por el cliente".

Proveedores y empresas antivirus han sido los primeros en lanzarse al nuevo negocio de la protección antispam. Sanz de las Heras critica: "Esto no es luchar contra el spam sino sacarle partido".

El 'marketin' directo

Otro punto de conflicto son las empresas de mercadotecnia por correo electrónico, que envían el llamado spam legal. La cuestión es cómo consiguen y manejan las direcciones para mandar publicidad. La LSSI dice que una empresa sólo puede enviar anuncios a clientes con una relación contractual, pero el día a día lo complica: muchas empresas externalizan sus servicios de buzoneo, lo que provoca trasiegos de direcciones y demandas de borrado que se pierden por el camino. Usualmente, no se avisa a los clientes de que sus direcciones entrarán en la base de datos de una empresa externa.

Las compañías de mecadotecnia electrónica aseguran que piden siempre confirmación al usuario, mediante correo electrónico, antes de ponerlo en su base de datos. Pero Iñaki Uriarte, de la AECE, no lo ve necesario: "La ley pide que haya un consentimiento previo. Introducir los datos en un formulario ya es una forma de consentimiento. Lo que pasa es que la gente no lee bien las condiciones de contratación".

En los últimos años, ha habido diversas sentencias y sanciones por spam, amparadas en la LSSI o en la Ley de Protección de Datos. La mayoría de casos juzgados, afirma el abogado Carlos Sánchez Almeida, han sido "empresas de spammers que se denuncian entre ellas por competencia desleal".

En la época del Ministerio de Ciencia y Tecnología se tramitaron, que no sancionaron, 40 expedientes. Sólo en 2004, la Agencia de Protección de Datos ha abierto un centenar por correo comercial no deseado.

La LSSI sólo sanciona el correo comercial. No se pronuncia sobre la propaganda política, los virus-spam o los fraudes, algo que desconcierta a los expertos.

Según el profesor José Antonio Mañas, de la Universidad Politécnica de Madrid, "llegan cada vez más mensajes de caracter social o político que, sin ser comerciales, son habitualmente spam".

La investigación por una denuncia de correo basura dura seis meses. Pero, dice Rubí, "pueden ser más, a veces es complicado conocer al emisor y al beneficiario y hay muchas cabeceras falsificadas. Uno de nuestros objetivos es acabar con la mala configuración de los proveedores. También hay usuarios que no saben cómo borrarse o que no tramitan bien las denuncias".

José Luis Piñar, director de la agencia, explica cómo hacerlo: "Primero, no eliminar el correo basura; después, ponerlo en conocimiento de la agencia, por correo (ciudadano@agpd.es) o físicamente".

Denuncia sin respuesta

Así lo hacía Ciberp@ís en junio, para denunciar tres insistentes mensajes basura. En julio, la agencia respondía con tres acuses de recibo vía correo postal. Menos suerte hubo al denunciar un fraude masivo a delitos.tecnologicos@policia.es, que no respondió. "Hasta ahora", dice Sanz de las Heras, "ni la legislación ni la Agencia de Protección de Datos se han demostrado de utilidad en la lucha contra el spam". Se defiende Piñar: "Ha habido pocos pronunciamientos, pero se incrementarán porque hay bastantes denuncias".

La situación no es mejor en Estados Unidos, con la nueva ley CAN-SPAM. Dice Rogelio Bernal, de eListas: "Es una ley incompleta y exige unos requisitos (dirección de remitente válida, información de contacto, método para no recibir más mensajes) que se están saltando todos los spammers. Hay cuatro casos en los juzgados, de empresas grandes, y eso al spammer de turno no le preocupa". La Internet Engineering Task Force afirma que es posible reducir drásticamente el spam con medios técnicos, pero poco probable.

Los expertos coinciden en que disminuirá, pero no desaparecerá.

Dice Pascual Pérez, responsable de correo en la Universidad de Zaragoza: "Las leyes y las corporaciones quieren garantizar la supervivencia del spam legal, también llamado marketing directo".

El correo basura (spam), pese a la legislación en contra, a los filtros de los ordenadores y a las fuertes multas, no para. Es más, aumenta día a día. En 2004 ha aumentado "exponencialmente", según Telefónica, el correo basura que circula por las redes españolas. La mayoría está escrito en inglés. Alguno, en alemán y portugués. El spam en castellano representa el 20% del total y procede sobre todo de Argentina y España. A pesar de que en España es ilegal desde 2002, mucha basura transita por direcciones gratuitas de empresas españolas, como Iespana, Terra o Wanadoo. Los expertos recomiendan no responder a estos mensajes ni comprar sus productos.

Este verano han triunfado los anuncios en castellano para adelgazar, buscar pareja y realizar cursos. Proliferan también los engaños, como un supuesto Consejo Iberoamericano que anuncia al incauto que le han nombrado Magister en Gestión Educativa, o el mensaje que parece venir de una entidad bancaria y pide al cliente que ponga sus datos en un formulario.

Aumentan también los anuncios masivos de servicios anti-spam. Y también pro-spam: desde una cuenta de Latinmail ofrecen 50.000 direcciones españolas, ordenadas por profesionales y provincias, y 50 millones de direcciones por 40 euros.

El Licenciado Schreiber

Crece el descaro de los profesionales del correo basura, llamados también spammers. Usan métodos criminales, como infectar ordenadores personales, para enviar la basura o instalarles programas espía. Un tal Licenciado Alberto Schreiber vende desde Argentina un curso para aprender a "enviar más de 10.000 e-mails de una vez, evitando los bloqueos anti-spam, y técnicas para el seguimiento de las respuestas". Schreiber dice que "el e-mail masivo sostiene la supervivencia de microemprendedores, pymes y honestos trabajadores en desventaja".

Otros se permiten conceder entrevistas, como S. Pammer, nombre ficticio de un estudiante holandés, cosa rara en un negocio dominado por mafias de norteamericanos y algunos canadienses y rusos. S. Pammer explica su historia al periodista Rejo Zenger: empieza enviando correo basura desde una dirección de Planet Internet, con el sencillo programa Mailbomber. Cuando el proveedor le cierra la cuenta, cambia a otro.

Pronto descubre cómo funciona el negocio: se manda el spam desde ordenadores infectados con virus o a través de proxies abiertos, y los servicios web para contratar el producto se alojan en China. Un proxy es un servidor, alojado en un ISP, que actúa como intermediario entre el usuario e Internet. Si el proxy no se configura de forma segura, pueden usarlo personas externas para enviar correo basura, ocultando su identidad. En el mercado hay catálogos con las direcciones de estos proxies.

S. Pammer describe sitios, como Send-safe.com, donde manda anónimamente su basura: 800.000 mensajes por 50 dólares. El servidor chino donde aloja sus servicios web, que ha contratado a través de una empresa británica, le cobra 125 euros mensuales. Según sus cálculos, si envía 250.000 spams, los leen 26.000 personas, 488 visitan la web y entre 20 y 30 compran el producto, la mayoría por impulso. El producto se fabrica en Rusia y pasa por un entramado de empresas importadoras hasta llegar a su destino. En seis meses, S. Pammer gana entre 2.000 y 3.000 euros.

En España, las fuertes multas de hasta 150.000 euros, que impone la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), mantienen a raya a los spammers, según Iñaki Uriarte, de la Asociación Española de Comercio Electrónico: "Sólo ha habido algunas empresas pequeñas sancionadas, porque les venden bases de datos con mala fe y pican".

Es el caso de la gallega Allnet.es, que lleva dos meses enviando spam a diario. Según Allnet, la culpa es de su agencia de publicidad, alemana: "Nos dijeron que sacaban las direcciones de colegios profesionales y cámaras de comercio, legales y confirmadas telefónicamente. Les creímos".

El problema es más amplio. Según la Red de Sensores Antispam (SAnet), auspiciada por la Universidad de Zaragoza y RedIRIS, los proveedores estadounidenses, como Verizon, Comcast o Ameritech, con miles de usuarios infectados por virus, son los responsables de la mayoría de basura que circula por la Red española. Su tráfico hacia España es, en un 95%, spam. Pero los proveedores y empresas nacionales también tienen altos ratios: el 61,5% de tráfico que sale de Infojobs es basura, así como el 58,72% de Auna, el 39% de Onolab y el 22,39% de Terra.

"Quien más basura genera es rima-tde.net (Telefónica), porque tiene mucho tráfico de miles de ADSL contaminadas con virus. Se ha perdido la costumbre de denunciarlo porque es inmanejable, los grandes proveedores, sencillamente, no responden", se queja Jesús Sanz de las Heras, de RedIRIS/Red.es.

Telefónica figuraba en junio en una nueva lista negra internacional, la Abusive GHosts Blocking List, por el aumento de envíos, desde rima-tde.net, del fraude del diplomático nigeriano. Según Telefónica, la culpa es de los clientes: "Durante su tiempo de acceso a Internet, son responsables de su dirección IP. Algunos, por falta de protección, han sido utilizados para envío de correo, y su dirección incluida en listas negras. Cuando Telefónica lo detecta, informa al cliente y contacta con el gestor de la lista".

La compañía no tiene estadísticas públicas sobre el correo basura que pasa por sus redes, pero asegura: "Ha crecido de forma exponencial. Son cada vez más clientes que lo denuncian. Su peligrosidad evoluciona rápidamente, pasando de la oferta de productos a la suplantación de identidad de bancos y tiendas. Estamos desarrollando un servicio de filtro de correo personalizable por el cliente".

Proveedores y empresas antivirus han sido los primeros en lanzarse al nuevo negocio de la protección antispam. Sanz de las Heras critica: "Esto no es luchar contra el spam sino sacarle partido".

El 'marketin' directo

Otro punto de conflicto son las empresas de mercadotecnia por correo electrónico, que envían el llamado spam legal. La cuestión es cómo consiguen y manejan las direcciones para mandar publicidad. La LSSI dice que una empresa sólo puede enviar anuncios a clientes con una relación contractual, pero el día a día lo complica: muchas empresas externalizan sus servicios de buzoneo, lo que provoca trasiegos de direcciones y demandas de borrado que se pierden por el camino. Usualmente, no se avisa a los clientes de que sus direcciones entrarán en la base de datos de una empresa externa.

Las compañías de mecadotecnia electrónica aseguran que piden siempre confirmación al usuario, mediante correo electrónico, antes de ponerlo en su base de datos. Pero Iñaki Uriarte, de la AECE, no lo ve necesario: "La ley pide que haya un consentimiento previo. Introducir los datos en un formulario ya es una forma de consentimiento. Lo que pasa es que la gente no lee bien las condiciones de contratación".

En los últimos años, ha habido diversas sentencias y sanciones por spam, amparadas en la LSSI o en la Ley de Protección de Datos. La mayoría de casos juzgados, afirma el abogado Carlos Sánchez Almeida, han sido "empresas de spammers que se denuncian entre ellas por competencia desleal".

En la época del Ministerio de Ciencia y Tecnología se tramitaron, que no sancionaron, 40 expedientes. Sólo en 2004, la Agencia de Protección de Datos ha abierto un centenar por correo comercial no deseado.

La LSSI sólo sanciona el correo comercial. No se pronuncia sobre la propaganda política, los virus-spam o los fraudes, algo que desconcierta a los expertos.

Según el profesor José Antonio Mañas, de la Universidad Politécnica de Madrid, "llegan cada vez más mensajes de caracter social o político que, sin ser comerciales, son habitualmente spam".

La investigación por una denuncia de correo basura dura seis meses. Pero, dice Rubí, "pueden ser más, a veces es complicado conocer al emisor y al beneficiario y hay muchas cabeceras falsificadas. Uno de nuestros objetivos es acabar con la mala configuración de los proveedores. También hay usuarios que no saben cómo borrarse o que no tramitan bien las denuncias".

José Luis Piñar, director de la agencia, explica cómo hacerlo: "Primero, no eliminar el correo basura; después, ponerlo en conocimiento de la agencia, por correo (ciudadano@agpd.es) o físicamente".

Denuncia sin respuesta

Así lo hacía Ciberp@ís en junio, para denunciar tres insistentes mensajes basura. En julio, la agencia respondía con tres acuses de recibo vía correo postal. Menos suerte hubo al denunciar un fraude masivo a delitos.tecnologicos@policia.es, que no respondió. "Hasta ahora", dice Sanz de las Heras, "ni la legislación ni la Agencia de Protección de Datos se han demostrado de utilidad en la lucha contra el spam". Se defiende Piñar: "Ha habido pocos pronunciamientos, pero se incrementarán porque hay bastantes denuncias".

La situación no es mejor en Estados Unidos, con la nueva ley CAN-SPAM. Dice Rogelio Bernal, de eListas: "Es una ley incompleta y exige unos requisitos (dirección de remitente válida, información de contacto, método para no recibir más mensajes) que se están saltando todos los spammers. Hay cuatro casos en los juzgados, de empresas grandes, y eso al spammer de turno no le preocupa". La Internet Engineering Task Force afirma que es posible reducir drásticamente el spam con medios técnicos, pero poco probable.

Los expertos coinciden en que disminuirá, pero no desaparecerá.

Dice Pascual Pérez, responsable de correo en la Universidad de Zaragoza: "Las leyes y las corporaciones quieren garantizar la supervivencia del spam legal, también llamado marketing directo".

Porquería 'made in EE UU'

Las estadísticas internacionales dicen que el 66% del correo que circula por Internet es basura. Los usuarios avanzados viven un bombardeo constante, como el administrador Jesús Cea: "Mi dirección de correo personal existe desde 1996 y nunca la he ocultado. Mi filtro clasifica como spam unos 372 mensajes diarios. Desde febrero, me llegan más virus que spam". Los proveedores están peor. Joshué Martín, de Project&Software, una empresa que administra 3.500 cuentas de correo, afirma: "Rechazo más de 16.000 mensajes diarios con los filtros y, de lo que entra, el 26% es también basura".

El 56,7% de esta basura procede de ordenadores situados en Estados Unidos, según la empresa Sophos. A mucha distancia están Canadá (8%), China (6,5%) y Corea del Sur (5,77%). España es responsable del 1% del spam.

Argentina es también un fuerte emisor de porquería. Según Eugenio Siccardi, es el cuarto. Varios proveedores argentinos están en listas negras y algunos ISP de otros países están filtrando el dominio .ar entero. "El problema es que los proveedores argentinos no hacen absolutamente nada, incluso en algunos casos están asociados con los spammers. Algunos compañeros de organizaciones antispam han sido amenazados de muerte".

Aunque el spam sale de servidores ubicados en EE UU, de grandes proveedores con dirección asignada a este país, el originante real puede estar en cualquier parte del mundo. Por otro lado, mucha basura que se está generando en Rusia, Chile y Corea va a destinatarios orientales, allí tienen un porcentaje mínimo de spam de EE UU.

Es un tema intrincado para Alfredo Sola, director técnico de Intelideas: "El principio de la cadena es el que tiene un producto que vender y pocos escrúpulos. Éste contrata al spammer, que se sirve normalmente de máquinas desprotegidas para lanzar el mensaje basura. El siguiente eslabón es el proveedor de alojamiento web para los productos que anuncian. Como los ISP occidentales cancelan las cuentas de los spammers, está de moda alojarse en países que no pueden permitirse el lujo de rechazar un cliente. Pero el principio de la cadena, el vendedor, está casi siempre en Norteamérica".

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