Revólver salvaje
En una ambientación de película del Oeste, el jugador se convertirá en pistolero para vengar a sus padres
Un matojo seco danza al son de la cálida brisa levantando una pequeña polvareda a su paso por la calle principal. Las gotas de sudor resbalan por la frente de los duelistas, penetran parcialmente en sus ojos provocándoles escozor y al tocar la ardiente arena se desvanecen como si nunca hubiesen existido. El silencio invade la sala de estar. El dedo del jugador acaricia el gatillo de su mando de control, listo para disparar antes de que su rival pueda pestañear.
Hay que vengar la muerte de los padres de Red. Dos vidas valen más que una mina de oro. Inesperadamente suena la campana de la iglesia con un sonido grave. Los revólveres aparecen desenfundados en las manos de los pistoleros. No se ha oído ningún disparo pero del pecho del contrincante empieza a brotar una mancha de sangre. Sin cambiar su expresión cae al suelo como un plomo. Red se limita a enfriar el humeante cañón de su Colt con un suave soplo.
'Red Dead Revolver'
Desarrolla: Angel Studios
Distribuye: Take2
Plataforma: PlayStation 2, Xbox
Género: Acción
Edad recomendada: Mayores de 13 años
Precio: 60, 65 euros
Internet: www.rockstargames.com/reddeadrevolver/
A punto estuvo de no ver la luz esta divertida adaptación de los spaghetti western a las consolas. La idea fue de Capcom, pero tras presentarlo el año pasado en la feria E3, lo descartaron para poder centrarse en el lanzamiento de otros títulos. Desde California, Angel Studios, creadores de Max Payne, entre otros, propusieron la compra del proyecto a la empresa nipona, quien aceptó de buena gana permitiendo así que todo el mundo pueda emular a John Wayne con su consola.
A diferencia de aquel GunSmoke, que triunfó allá por la década de 1980 en recreativas y en su posterior adaptación a los ordenadores de 16 bits, la acción no transcurre en dos dimensiones con desplazamiento vertical a vista de pájaro, si no que se controla al protagonista desde atrás, en unas excelentes tres dimensiones y con libertad de movimiento por todo el escenario.
La venganza es el motor de este resentido cazarrecompensas. Entre encargo y encargo intenta buscar un hueco para localizar a los verdugos de sus padres y hacerles morder el polvo. Todo el juego gira en torno a la buena puntería, y gracias a la variedad y cantidad de situaciones no se hace pesado. A pie, a caballo o desde un tren en marcha, Red reparte destinos señalados por el dinero del mejor postor. Al final de cada fase consigue el vil metal que le permite mejorar su arsenal, ampliar sus defensas y desbloquear las páginas del periódico local que poco a poco desgranan la triste historia de sus progenitores. El título también incluye pequeñas historias paralelas que el usuario debe resolver interpretando a un indio que acude en ayuda de Red o a una mujer que pelea para salvar su rancho.
Entre las habilidades del pistolero está el uso del DeadEye. A medida que añade muescas a su culata, el indicador de DeadEye aumenta. Cuando está lleno se abre la puerta a la ralentización del tiempo mientras que el protagonista es capaz de seguir apuntando y disparando a velocidad normal. El resultado son duelos increíbles firmados por la mano más rápida del Oeste.
La diversión tras terminar el modo historia y haber resuelto el enigma puede seguir con el modo para varios jugadores, que permite enzarzarse a tiros por los distintos escenarios junto a amigos y familiares.
Al parecer, los extras de Red Dead Revolver no son originarios de Almería, como los que aparecen en las decenas de spaghetti western que allí se rodaron, ya que hablan perfectamente el inglés, lo que dificulta la comprensión del guión, algo que se hubiese resuelto con un doblaje al castellano.
La factura del DVD roza la perfección cuando se entran a valorar los escenarios, la música y la ambientación. Toda la acción sucede detrás de un filtro de película antigua, que emborrona el horizonte y añade suciedad a la imagen, dando la sensación de que realmente se protagoniza un western. El tratamiento de la luz y las sombras, tan típicamente contrastadas, y las rojizas puestas de sol sugieren que se ha estudiado a fondo el género para hacer un buen diseño del producto.
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