Mentiras e incendios
En las declaraciones de Ernesto Esteso, subdirector del Centro Operativo Regional del INFOCA, publicadas en EL PAIS Andalucía (8 de agosto), se contiene una mentira inquietante por lo peligrosamente burda.
Menciona que en Andalucía existen "232 puntos fijos de vigilancia durante las 24 horas del día". ¿Quiere decir con eso que los mismos se encuentran activos las 24 horas del día?
Ese señor no ignorará que en el desastre ecológico de Huelva y Sevilla se denunció que el 50% de vigilancia en las torretas de la zona calcinada estaban desprotegidas por la disminución en las inversiones destinadas a su prevención y control.
Y, desde luego, tal señor no ignorará que dentro del Sistema de Detección de Incendios, precisamente elaborado por EGMASA, "la función de los vigilantes es fundamental en la extinción de incendios forestales, pues de la rapidez y eficacia con la que se detecte e informe de un incendio dependerá el buen desarrollo de las operaciones de combate del mismo. Son ellos los que ponen en funcionamiento el dispositivo de incendios, por ello, una detección eficiente tiene implicaciones muy relevantes tanto en el despliegue de los medios como en los daños producidos por el fuego".
¿Qué está pasando aquí?
Sencillamente, que se ha reducido en un 50% la presencia de vigilantes, y esto es lo peor del caso, al menos en la provincia de Jaén, debido a las reiteradas denuncias del SOC, este año se están incrementando las horas de vigilancia a costa de compensaciones horarias que, precisamente, se producen en otoño e invierno, que es cuando la campaña de prevención debe prolongarse. Curiosamente eso se produce ahora, en Huelva y Sevilla, tras el desastre ecológico.
Mentiras como las pronunciadas por el señor Esteso deben ser aclaradas: nuestra Andalucía esta en peligro de ser devorada por incendios como el de Huelva y Sevilla, gracias a las mentiras e inoperancias de EGMASA, que con la reducción de sus vigilantes forestales optimiza sus resultados económicos en detrimento, claro está, del patrimonio natural y del tejido social y laboral del medio rural de Andalucía.
Mentiras como esas ofenden a todos los andaluces y, por congruencia y dignidad, Ernesto Esteso debería de ser cesado de inmediato; y quién lo nombró dimitir.
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