Lisboa prohíbe al barco-clínica del aborto entrar en aguas portuguesas
Mujeres sobre las Olas llevará el caso a los tribunales internacionales
El Gobierno portugués prohibió ayer al llamado barco del aborto entrar en aguas lusas, invocando "el respeto por las leyes nacionales" y cuestiones de "sanidad pública". Es la primera vez que un país impide el atraque del buque de la organización holandesa Womens on Waves, equipado con una clínica que permite realizar abortos hasta las seis semanas y media de embarazo con el suministro de una píldora abortiva.
El grupo holandés y las asociaciones portuguesas que apoyaban la operación acusan el Gobierno de Lisboa de violar el derecho internacional, en especial los tratados europeos de libre circulación. Demandarán por ello al Estado luso ante las instancias internacionales.
Womens on Waves pretendía atracar hoy en el puerto de Figueira da Foz (200 kilómetros al norte de Lisboa) y quedar en la costa lusa hasta el próximo 12 de septiembre. La organización afirma que su principal objetivo es desencadenar el debate y llamar la atención internacional para el problema del aborto en Portugal, donde la interrupción voluntaria del embarazo sólo está permitida en caso de riesgo grave para la salud física y psíquica de la mujer, de malformación del feto o de violación.
La interpretación y aplicación rígida de esta ley de 1984 impide la realización de abortos por simple solicitud de la mujer. Según datos oficiales, se hicieron 675 abortos legales en Portugal en 2002. Varias organizaciones nacionales e internacionales estiman que todos los años se practican entre 20.000 y 40.000 abortos clandestinos. En 2002, unas 5.000 mujeres ingresaron en las urgencias de los hospitales lusos por problemas provocados por abortos.
Como hizo ya en Polonia e Irlanda, el barco Womens on Waves pretendía zarpar desde la costa portuguesa hasta aguas internacionales, donde se quedaría bajo jurisdicción holandesa, con mujeres embarazadas a bordo, para allí suministrar la píldora abortiva, un medicamento prohibido en Portugal. El Gobierno luso invocó el "paso no inofensivo por aguas territoriales", principio establecido en la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, para impedir la entrada del buque. Lisboa argumenta también que el barco tenía como objetivo desafiar las leyes de un Estado soberano e incitar la práctica de un crimen. El barco es "un centro de sanidad móvil no certificado por las autoridades portuguesas" que puede poner en riesgo la vida de las mujeres, opina el Ejecutivo.
Womens on Waves replicó que el barco esta oficialmente registrado como embarcación comercial, por lo que tiene libre entrada en los puertos de la UE. Cuando el viernes solicitó permiso para atracar en Figueira da Foz, la organización ya había destacado que se trataba de una mera formalidad. "Los portugueses no son ingenuos. Fue una decisión política", dijo Cristina Santos, de la asociación portuguesa Não Te Prives.
La decisión del Ejecutivo luso, una coalición de centro-derecha, desencadenó la ira de la oposición y de varios grupos que piden la despenalización del aborto en Portugal, el único país europeo que juzga mujeres por interrumpir voluntariamente un embarazo. Muchas de estas voces denunciaron que la decisión era esperada, principalmente por caber al ministro de Defensa y de Asuntos del Mar, Paulo Portas, el líder del pequeño Partido Popular portugués, acusado muchas veces de tener un discurso cercano a la extrema derecha.
Womens on Waves anunció ayer que no desistirá de "ayudar a las mujeres portuguesas". Su barco viajará hasta Lisboa, pero, por el momento, se mantendrá en aguas internacionales.
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